Izquierda democrática
No me referiré a Izquierda Democrática, la más grande organización política que ha tenido el país después de la restauración democrática de 1979, dirigida por un demócrata honesto, el doctor Rodrigo Borja Cevallos, cuyo gobierno fortaleció el régimen republicano, fue respetuoso y tolerante con opiniones o críticas contrarias a su gestión. Actualmente el andarivel político de centroizquierda carece de organicidad y liderazgo.
Lo que comentaré es la actitud tenida por grupos denominados de izquierda, también divididos en el Ecuador. Una parte ha demostrado ser democrática, apegada a los principios de una república, sin declinar sus tesis doctrinarias que afirman anteponer intereses colectivos a los personales o de grupo; otro sector ha preferido identificarse con el Gobierno, a cambio de prebendas burocráticas, apartándose de sus antiguas proclamas contestatarias, característica histórica de la izquierda a nivel mundial, que reivindica ser opuesta a privilegios de castas que usan el poder reprimiendo o infundiendo temor a quienes expresan su desacuerdo con el go- bernante, convirtiendo al Estado en el más conspicuo opresor de libertades y garantías fundamentales, distanciando a gobernantes de gobernados, creando inaceptables diferencias entre quienes forman parte del gobierno y quienes cuestionan sus criterios políticos, económicos o sociales.
Las sociedades en su natural evolución, en su dinámica nacida de constantes mutaciones, no pueden aferrarse a propuestas inamovibles. La situación que vivió la humanidad en siglos pasados no es la misma que vive el mundo del siglo XXI, globaliza-
Las sociedades en su natural evolución, en su dinámica nacida de constantes mutaciones, no pueden aferrarse a propuestas inamovibles’.