Labor social
Antes del cáncer, Mariluz narra que se consideraba una persona egoísta porque no le interesaba lo que le ocurriera a los demás y solo pensaba en ella.
Sin embargo, luego de la enfermedad ve las cosas desde otra óptica, porque le preocupa que personas sin orientación puedan perder la vida. Debido a que pasó por todos los procedimientos necesarios para su recuperación en el Instituto de Oncología Dr. Heriberto Pieter, organismo pionero en el país en cuanto al manejo de la enfermedad, Marrero cuenta que su meta siempre fue volver para poder ayudar a otras mujeres a que no tengan que pasar por lo que ella pasó.
Es por eso que desde hace cinco años es voluntaria del Instituto, que depende de la Liga Dominicana Contra el Cáncer, donde junto a las demás voluntarias se encargan de llevar sus testimonios sobre la enfermedad, tanto a mujeres y hombres, ya que por cada 100 mujeres diagnosticadas, hay un hombre.
Según Bernadette Sánchez, de la Liga, uno de los principales objetivos de esa entidad es educar para poder lograr prevenir los casos de cáncer en el país, por lo que desarrollan un programa da charlas educativas y realizan operativos médicos en comunidades rurales donde hay servicios deficitarios de salud.