La recompensa
Estamos celebrando los 45 años de la fundación del Centro Educativo Ana Delia Jorge, motivo por el cual diferentes grupos de alumnos, dirigidos por los profesores, han preparado para cada día de esta semana aniversario, una presentación alusiva a la conmemoración. En el momento inmediatamente después de izar la bandera, se incluye en los buenos días, poesías, dramatizaciones, cantos, historias, que tienen que ver con la trayectoria de este colegio fundado por Fineta del Villar Jorge en el año 1973.
Como hija también de esta gran educadora, es motivo de satisfacción recordar a través de estas intervenciones la labor que como maestra, madre y mujer realizó Ana Delia Jorge durante su corta vida. Pero bueno, esa ya es otra historia. Estando reunida con el equipo gestor, para repasar el programa a desarrollarse en el acto final que será este viernes 14, fuimos interrumpidos por una estudiante que venía como portavoz de un grupo comprometido con asignaciones especiales en los festejos, para preguntar de forma directa cuántos puntos se les iban a aplicar en determinada materia a los participantes en el acto como recompensa por su actuación. Me quedé con la boca abierta al escuchar la pregunta, y entendí que en estos tiempos los niños están acostumbrados a recibir regalos de sus padres por cada buena acción que realizan en su diario vivir. Hacer las cosas bien o trabajar en algo que represente un agregado para su desarrollo, necesita ser premiado, como si los beneficiados fueran los propios padres y no ellos. Pero lamentablemente para los malacostumbrados, en el ADJ no damos recompensa por el deber cumplido.