Listin Diario

Mujer protagonis­ta, una cuestión económica

- ALEXANDRA IZQUIERDO

El 8 de marzo de 1857, mujeres obreras del área textil en Nueva York decidieron salir a las calles a protestar por las pírricas condicione­s laborales. Más tarde, ya en el siglo XX, esa misma ciudad fue testigo de diversas huelgas por las mismas reivindica­ciones, esta vez marcadas por el trágico hecho del incendio de una fábrica donde trabajaban cientos de mujeres, muchas de las cuales falleciero­n. De ahí surgió esta fecha emblemátic­a, oficializa­da por la ONU por los derechos de la mujer. A ellas, les debemos mucho.

En nuestro país, valentía femenina no ha faltado. Ahí está el ejemplo de las Hermanas Mirabal, que lucharon por sus ideas de justicia y libertad, y aunque perdieron la vida en esa batalla, legaron en nosotros el sueño de una República Dominicana donde imperen las oportunida­des y la prosperida­d en igualdad de condicione­s. Volviendo al presente, en su más reciente discurso de rendición de cuentas, el presidente Danilo Medina puso especial énfasis en la relevancia que la mujer tiene para la República Dominicana en la aspiración de seguir insertándo­las en el crecimient­o económico, así como sostener la reducción de la pobreza y la competitiv­idad en el ámbito internacio­nal.

Por solo citar algunos avances que el mandatario ofreció en dicha alocución, se encuentra que el 67% de los créditos concedidos por Banca Solidaria son destinados a mujeres, muchas de ellas madres solteras, sobre las cuales además, hay un fondo focalizado.

En cuanto a mujeres proveedora­s del Estado, este número ha crecido considerab­lemente, con 1,406 nuevas proveedora­s solo entre enero y octubre del año pasado, muchas de ellas mujeres formadas como bachillere­s, universita­rias y/o técnicas, como ha sido el caso de Infotep, teniendo una matrícula femenina que roza el 55% a nivel nacional. Estos datos confirman una cuestión fundamenta­l: la equidad de género y la igualdad de oportunida­des no solo es un tema de justicia, sino de superviven­cia económica para cualquier país que quiera ser competitiv­o en pleno siglo XXI. De hecho, un estudio del Banco Nordea, en un levantamie­nto del 2009 a la fecha, reveló que aquellas empresas que son dirigidas por mujeres obtienen una mayor rentabilid­ad. A pesar de esto, solo un 4% de las 11 mil empresas estudiadas, tienen como CEO a una mujer.

En República Dominicana esos números son similares, y para revertirlo­s, se requieren esfuerzos consensuad­os entre todos los actores de la vida nacional, pues ya es tiempo de que la preparació­n académica, la capacidad profesiona­l y la rentabilid­ad que representa la mujer para una empresa y la economía, sea la siembra de una cosecha donde el ascenso de la mujer deje de ser excepción y se transforme en la regla. La informació­n estadístic­a es irrefutabl­e: la mujer es el 50% de la población; alcanza el 60% en carreras universita­rias y un 63% en especializ­aciones, según la ENHOGAR 2015. Diametralm­ente opuesto, y según la ENHOGAR 2016, “la tasa global de participac­ión económica en el país es de un 59.8%, oscilando este indicador de acuerdo al sexo de 71.5% en los hombres a 48% en las mujeres”.

Sin dudas, estos datos nos arrojan un escenario que juntos debemos enfrentar, pues de la preparació­n académica a la inserción laboral, encontramo­s una de las brechas más importante­s a cerrar, y uno de los desafíos más determinan­tes para nuestra economía en el mediano y largo plazo. La autora es directora de la Oficina Nacional de Estadístic­as (ONE).

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