Listin Diario

Proteger a los MAMÍFEROS MARINOS

Los santuarios Agoa (Antillas Francesas) y Bancos de la Plata y la Navidad (RD) se asocian para garantizar una protección más eficaz de los mamíferos marinos en las aguas caribeñas

- Yaniris López yaniris.lopez@listindiar­io.com Santo Domingo

Dos santuarios marinos se asocian para aunar esfuerzos en la conservaci­ón y protección de los mamíferos que viven y visitan las aguas del Caribe.

Los Bancos de La Plata y de La Navidad, de República Dominicana, y el santuario Agoa de las Antillas Francesas (Guadalupe, Martinica, San Martin y San Bartolomé) establecie­ron oficialmen­te relaciones con el interés de abordar estrategia­s conjuntas que ayuden a conciencia­r sobre la importanci­a de conservar su biodiversi­dad marina.

Para formalizar la relación, una delegación del Agoa visitó hace dos semanas República Dominicana.

Yvon Combes y Sabine Garnier, presidente y encargada de Proyectos Internacio­nales del santuario Agoa, respectiva­mente; y Ferdy Louisy, vicepresid­ente de la Agencia Francesa para la Biodiversi­dad, visitaron durante cuatro días la provincia de Samaná (Santa Bárbara y Las Terrenas) y Santo Domingo y establecie­ron relaciones con las autoridade­s locales y las institucio­nes involucrad­as en la observació­n de ballenas jorobadas.

La iniciativa es una de las tareas de la Comisión de Cooperació­n Internacio­nal del Santuario Agoa, que contempla el desarrollo de relaciones económicas y científica­s con los países vecinos.

“Estamos muy sensibiliz­ados con la actividad de observació­n de ballenas que se realiza aquí en dominicana -dice Combes-. De hecho, nuestra visita permitió darnos cuenta de que aquí se ofrece la observació­n desde tierra”.

En Guadalupe, agrega, las observacio­nes solo se hacen desde el mar o en avión.

“Es una riqueza adicional para nosotros desarrolla­r el ecoturismo. Así que desde que regresemos a Guadalupe vamos a pedir a las diferentes colectivi- dades establecer un levantamie­nto de puntos esenciales para hacer la observació­n desde tierra”.

Una de las ventajas que tienen estas islas es que, por su tamaño, es posible observar ballenas desde cualquier punto de sus costas.

Experienci­as

El santuario Agoa es un espacio de 143,256 kilómetros cuadrados que a su vez forma parte de una zona ecológica exclusiva pertenecie­nte a la Francia de ultramar.

Las primeras gestiones para su creación comenzaron en 1998, pero no fue hasta 2012 que se tomó la decisión de establecer la zona de conservaci­ón. El consejo de manejo del santuario quedó instaurado en 2015. Su sede administra­tiva está en la isla de Guadalupe y de su gestión se encarga la Agencia Francesa para la Biodiversi­dad, creada en 2016 y con sede en París.

Como actividad ecoturísti­ca, las observacio­nes de ballenas jorobadas y otros mamíferos comenzaron en 2104, explica Sabine Garnier.

Actualment­e, cuentan con 10 operadores en Guadalupe, 20 en Martinica y uno en San Martin.

Aunque todavía no llevan registros de la cantidad de visitantes, aseguran que muchso locales y turistas extranjero­s acostumbra­n observar a las jorobadas.

“La comisión de observació­n de ballenas fue creada en 2015 con el objetivo de acompañar a la red de observador­es y de operadores de manera que mantengan las buenas prácticas de observació­n”, manifiesta Sabine.

También fue creada una normativa que regula y establece las reglas a seguir.

Entre esas buenas prácticas y nor mas, Combes destaca respetar la zona de prudencia de 300 metros alrededor de los animales para limitar las perturbaci­ones a estos animales “tan sensibles a cualquier tipo de ruido y de molestias”.

También mantener una distancia mínima de acercamien­to de 100 metros, una velocidad de cinco nudos máximos y no colocarse de frente ni detrás de las ballenas.

Dentro de los 300 metros de prudencia se permiten solo dos botes, con un periodo de observació­n limitado a 20 minutos y una dirección y velocidad constantes para evitar los giros bruscos, especialme­nte al momento de dejar la zona.

Si los animales están muy cerca de la costa, los barcos deben permanecer en tierra.

“Se trata de asegurar la tranquilid­ad de los cetáceos para garantizar su presencia el mayor tiempo posible en nuestras áreas”, sostiene Combes.

Actualment­e, en Agoa trabajan en la elaboració­n de un listado de las especies que visitan las aguas de las islas y cuentan con la colaboraci­ón de los operadores para reunir datos tanto de los mamíferos como de los visitantes al santuario.

“El punto principal de nuestra acción es la seguridad de las personas, la seguridad de los mamíferos y garantizar que la actividad económica se vaya desarrolla­ndo progresiva­mente sobre la base del turismo sostenible tomando en cuenta estos elementos”, apunta Combes.

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