Un concurso para revalorizar el campo
Hasta 2016, el Concurso Nacional de Pintura Agro y Naturaleza ha expuesto 3,558 obras de artistas plásticos dominicanos. Este año, los primeros lugares recibirán un incentivo de 75,000 pesos
Cómo surge el concurso de pintura Agro y Naturaleza?
Sonia Besonias, gerente de Servicios de la Junta Agroempresarial Dominicana (JAD), recuerda que como productora y miembro del Consejo Directivo de la entidad siempre pensó que la Junta debía dedicarse a otras cosas más allá de la producción y de la forma de ganar dinero, algo como buscar en la naturaleza la belleza del agro y plasmarla en el lienzo.
“Aprovechando mi condición de miembro sugerí que se realizara el concurso Agro y Naturaleza para pintar lo que se produce, los paisajes... El Consejo aceptó y en lo adelante un equipo muy bueno comenzamos a producir las metas”.
Besonias dice que le contó del proyecto a los maestros Guillo Pérez y Cándido Bidó y que estos les sugirieron también al maestro Amable Sterling.
“Y así surgió el equipo del jurado que evaluaría las obras”, expresa.
El primer premio de la primera edición se lo llevó en 1996 un joven estudiante de la Escuela de Bellas Artes que justo venía de un campo de Loma de Cabrera: Dustin Muñoz.
De esa primera experiencia, Muñoz, ganador también del segundo lugar en la edición de 1997, cuenta que lo importante no era el dinero, entonces 10,000 pesos en incentivo. Él venía de ganar otro concurso de pintura en Casa de Teatro y el premio del público de la Bienal Nacional de Artes Visuales.
“Para los artistas jóvenes estos son los espacios para comenzar a darse a conocer. Si un artista joven invita a una exposición y nadie lo conoce, solamente podrá llevar a su familia y a sus amigos; pero cuando viene un concurso así, donde participan una diversidad de personas, vienen los familiares de los artistas, la prensa… No es solo el dinero. Quizá en lo que menos uno piensa es en el monto. Para el artista joven es un espacio para proyectar su obra. Justo cuando salió este concurso yo dije: A mí es que me corresponde ganar ese premio, porque mi papá es agricultor y a eso me dedicaba”, bromea.
Lo tituló “De las entrañas de la tierra” y distaba mucho del cuadro típico alusivo a las estampas campestres.
Porque no todo el contenido de las obras es inspirador o colorido. Mientras algunos artistas muestran la exuberante o bucólica belleza del cambo, otros se inspiran en la mirada triste del campesino, o recogen las expresiones sociales que acompañan las luchas campesinas y los problemas del campo, como la deforestación y la sequía.
“A veces se van casi a una interpretación cuasitrágica” del campo, dice el maestro Amable Sterling.