La Adopron está bastante preocupada por elaboración sin control de sustancias no aptas para el consumo humano
La elaboración de sustancias, de manera clandestina, en patio o cualquier sitio, usando –incluso- animales muertos, metanol y otros componentes mortales, que se comercializan como ron o whisky (sin serlo), está perjudicando seriamente a la industria formal de esos productos, que aporta mucho a la economía por vía de empleos, pago de impuestos y de seguridad social.
En la medida que los consumidores se retraen de comprar ron, temiendo que en un establecimiento le pasen “gato por libre”, y le dañe la salud o incluso le provoque la muerte, se está afectando a un sector que trabaja bajo regla y que tiene inversión acumulada superior a los US$800 millones, y que inyecta nuevos capitales en maquinarias, en tecnologías y en equipos todos los años para robustecerse.
Las empresas formales de ron de República Dominicana generan 4,000 empleos directos e indirectos, con ramificaciones en casi todos los ramos productivos a nivel nacional. En el año 2020 se encontraban registradas y bajo cumplimiento de todas las normas establecidas para ello 29 licoreras y tres destilerías a nivel nacional, según datos de la Asociación Dominicana de Productores de Ron (Adopron). Las cifras que maneja la organización que agrupa a las empresas formales del ramo indican que el sector genera de manera agregada, entre impuestos al consumo, al ingreso y al patrimonio más de RD$10,000 millones al año en impuestos.
Las exportaciones de ron generan al año unos US$100 millones (era así en el tiempo pre-pandémico), siendo la principal bebida alcohólica de exportación para el país, y uno de los principales rubros de exportación como producto terminado. El ron dominicano tiene presencia en alrededor 70 mercados a escala internacional. Ha ganado fama, espacio y prestigio con el paso de los años.
En cuanto a materias primas a nivel local, el principal componente que adquieren las industrias formales para la fabricación del ron es la melaza.
Cuando el periódico le preguntó a Adopron qué tanto le preocupa