Conversaciones que le agradan a Dios

Al iniciar a escribir esta columna, pareciera que me estoy arrogando el derecho de representar lo que Dios dice, pero más allá de eso, le puedo asegurar que a Dios le interesa realmente que tengamos 3 tipos de conversaciones. Conversaciones que impulsen: este tipo de charlas son las que nos llevan a un aceleramiento. eso quiere decir, que también hay otras que realmente nos detienen. las conversaciones que nos aceleran, son aquellas que nos generen la conciencia del saber aprovechar la moneda de la vida, es decir, el tiempo. Conversaciones que responsabilicen: estas son vitales para poder tomar acción sobre nuestras vidas. Con este tipo de diálogos, nos movemos a poder dar resultados, nos permiten ver hacia adentro en la búsqueda del potencial que llevamos. sin ninguna duda cuando tomamos responsabilidad, somos liberados de la cárcel de las excusas, tomamos el timón de la vida sin buscar culpables. le puedo asegurar que estas no son muy agradables pero sí necesarias, ya que nos ubican a conseguir el cumplimiento de nuestro propósito en las manos correctas, es decir, en las nuestras. Conversaciones que te liberen: son aquellas que nos hacen ver que sí hay una salida ante las diferentes situaciones que nos hacen creer que estamos presos. nos toman, nos sacan y nos liberan de la culpa de los malos y dolorosos resultados que podamos estar cargando en nuestras espaldas. nos abren el panorama para ver hacia el frente y dejar de ver hacia atrás, nos enfoca en lo que tenemos y no en aquello de lo que carecemos. Cuando nos encontramos en estas conversaciones, nos hacemos conscientes de que la culpa es solo un resultado y no un camino. es más, que podemos usar nuestra frustración para no seguir detenido en el mismo punto por más tiempo.

Dios está interesado en lo que estás haciendo, lo que estás viviendo y lo que te está doliendo. Dios sabe que cuando enfrentes estos diálogos vas a ser más sano, más libre y ante todo más claro de alcanzar tu propósito.