Rutas de buses meterían el freno
El temor de los pasajeros de bus de quedarse sin servicio, a consecuencia de los altos precios en los combustibles, está empezando a convertirse en realidad.
Empresarios autobuseros advierten sobre la suspensión de servicios en varias rutas debido al aumento en el costo de las operaciones por los treponazos en el diésel, según lo informó la Cámara Nacional de Transportes (Canatrans).
Esta organización le pide al Gobierno frenar el más reciente aumento en los combustibles, que entraría a regir esta semana, en cuanto se publique en La Gaceta.
Silvia Bolaños, vicepresidenta de la Cámara, afirmó que las empresas Tapachula, La 400, Barrantes Araya y Fernando Zúñiga e hijos --encargadas de la interlínea Santa Ana-San Antonio de Belén-La Valencia-tenían previsto suspender servicios y devolver ayer la concesión.
El centro de Limón tiene el servicio de autobús “casi paralizado” y una de las dos empresas a cargo, Autotransportes Los Corales, también estaría renunciando a su concesión.
Según Bolaños, la ruta de la Periférica --en manos de las empresas Metrocoop y Conatra-- también se frenaría.
Nuevo aumento. Esta reacción de los autobuseros se debe al aumento de ¢121 por litro de diésel aprobado la semana pasada por la Aresep. Con este golpe, el litro del combustible usado principalmente por buses, camiones y vehículos de trabajo pasaría de ¢724 a ¢845.
Llenar el tanque de 270 litros de un bus mediano, que trabaja en zonas urbanas, costaría hoy en promedio ¢120.150 más que en mayo del 2020, cuando el litro de diésel estaba en ¢400.
Comprar 270 litros costaba ¢108.000 en mayo del 2020 y con el alza prevista esta semana, llegaría a ¢228.150.
Y el diésel no es lo único que subiría, también las gasolinas y el gas de cocina. El litro de súper pasará de ¢822 a ¢909 y el de regular de ¢804 a ¢889. Para el gas de cocina o GLP, la subida es de ¢1.004 por cilindro de 25 libras (el más usado) y pasaría de ¢10.226 a ¢11.230.