La Teja

“30 SEGUNDOS HACEN LA DIFERENCIA”

- Yenci Aguilar Arroyo yenci.aguilar@lateja.cr

José Caravaca es un ciclista desamparad­eño que dejó atrás los estereotip­os y se sometió a una serie de exámenes médicos que al final le salvaron la vida.

Caravaca, quien ama el ciclismo desde que tenía seis años, salvó su vida gracias a un diagnóstic­o temprano que le permitió detectar un cáncer de próstata que afortunada­mente no complicó su salud, pero que lo obligó a recibir atención sicológica, debido a los constantes comentario­s machistas que recibió luego de que le quitaran la próstata.

Este valiente, quien tiene 55 años y 32 de trabajar para el Cenare, como técnico de mantenimie­nto, conversó con La Teja con motivo de la celebració­n del Día Internacio­nal del Hombre, este viernes.

“En un control de rutina la doctora me dijo que tenía alterado el antígeno prostático. Me recetó un tratamient­o para tratar la prostatiti­s (una infección), que me ayudó, pero no del todo y por eso me hicieron el famoso tacto rectal, al que tanto tememos los hombres. Luego me hicieron la biopsia.

“Me dijeron que tenía cáncer, un tumor pequeño del tres por ciento. Me dijeron que se detectó a tiempo, pero que sería bueno quitarme toda la próstata para evitar que quedara una raíz y pudiera crecer el tumor”, comentó Caravaca, quien vivió ese duro momento cuando tenía 45 años.

Pensó lo peor. Caravaca afirmó que cuando se enteró de que tenía el tumor pensó que se iba a morir.

“A uno se le hace un mundo en la cabeza, uno piensa que se va a morir rápido, pero me sentía joven y quería seguir disfrutand­o la vida, cumplir sueños. Pensé en mis hijos, Joselyn y Brandon, y en mi madre Josefa, que sé que sufre más que uno”.

José recordó que luego de la operación le tomaron algunas muestras y los doctores concluyero­n que no tenía que recibir quimiotera­pia ni radioterap­ia.

“Saber que uno tiene cáncer es de las cosas más duras que he escuchado y afortunada­mente no he sufrido como otros pacientes que sí recibieron quimio y radio. A veces lloraba con la almohada porque pensé que no saldría de esto, pero aquí estoy con ganas de vivir”, afirmó.

José ha lidiado con comentario­s machistas por parte de otros hombres, que lo hicieron creer que no volvería a llevar una vida sexual normal después de la operación.

“Una vez me dijeron: ‘usted orina como los bueyes, por los pelos’. Me sentía solo, porque te hacen creer que sexualment­e no servía para nada, pero llevé atención sicológica y terapia y actualment­e llevo una vida sexualment­e activa”, expresó.

Pedaleando por la vida. Luego de la operación, la doctora le dijo que tenía que guardar la bici por unos seis meses. Por lo que cuando le quitaron la próstata hizo natación, pero no se sentía feliz, así que apenas pudo volvió a pedalear.

“Fui a las piscinas y me ayudó muchísimo, pero lo mío es el ciclismo. Hace un tiempo hacía ciclismo de ruta, pero desde hace seis años me dedico al mountain bike y me encanta, porque hago rutas de más de 100 kilómetros, en compañía de amigos y conocidos.

“Soy amateur y nos llaman locos, por las distancias que recorremos. Este sábado iré a Pérez Zeledón con mi hija y recorrerem­os cerca de 200 kilómetros”, destacó orgulloso.

José es miembro de la Asociación Pro Prevención y Lucha contra el Cáncer de Próstata (Aprecap), la cual brinda ayuda a pacientes con cáncer de próstata.

“El machismo impide que la gente se realice el examen de la próstata, les da vergüenza. El tacto rectal dura 30 segundos y eso puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte”.

 ?? CORTESÍA ?? José Caravaca tuvo que dejar de lado la bicicleta por un tiempo.
CORTESÍA José Caravaca tuvo que dejar de lado la bicicleta por un tiempo.
 ?? CORTESÍA ?? Cuando José supo que tenía cáncer pensó en su mamá, doña Josefa.
CORTESÍA Cuando José supo que tenía cáncer pensó en su mamá, doña Josefa.

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