¡PONCHÓ LA YIYONETA!
Los morados desinflaron con un 4 a 2 las ilusiones manudas
La Yiyoneta llegó a la Cueva pitando fuerte, pidiendo campo y sin miedo al éxito, con todo para llevarse los tres puntos de Tibás, pero al final la hicieron frenada con un 4-2.
Al frente tenía a un Saprissa que le costó despabilarse en el partido, pero cuando hizo los ajustes le alcanzó para darle la vuelta a su rival en un duelo de un tiempo para cada uno, pero al final de nuevo los manudos se fueron con cuatro en el saco, como en el último clásico por la Súper Copa.
Parece que el responsable no era Andrés Carevic. El partido de anoche lo perdió Luis Marín, o se lo ganó Mauricio Wright, como lo quieran ver.
El planteamiento de la Liga en la Cueva dio lástima. Parecía que Yiyo tenía a cargo a un equipo de segunda, porque se paró atrás como esperando un milagro.
Al principio parecía que le iba a salir, porque en un par de chispazos estaba al frente en el marcador gracias a la velocidad de Alonso Martínez.
El chireño, que seguro entró al juego picado por no ser convocado para los partidos de la Sele, en solo 22 minutos clavó dos pepinos. Las dos jugadas que le quedaron las mandó a guardar.
La primera cayó a los seis minutos, cuando Marcel Hernández se sacó un señor pase al espacio desde la media cancha, Alonso corrió al espacio y quedó solo en un mano a mano con Aarón Cruz, a quien se quitó y definió con derecha con el marco vacío.
Los manudos llegaron con ganas de todo a la Cueva y eran los que apretaban al arranque. Marcel la mandó sobre el marco a los 11 minutos y Cruz se la tapó a Barlon Sequeira al 12’. La Yiyoneta pitaba fuerte.
Otro. Al 22’ a Alonso le llegó la segunda. La jugada fue muy rápida, Giancarlo “Pipo” González la sacó de atrás, Alex López la tomó y por el sector derecho se la envío al joven volante, quien volvió a dejar botada a la zaga morada, que por ese lado no le veían una.
Martínez enfrentó de nuevo a Cruz y está vez le lanzó la chobola entre las piernas para colarse e hincar al Monstruo de manera sorprensiva por la rapidez del asunto.
Quién sabe si para ese momento Luis Fernando Suárez ya se habría arrepentido de su decisión de no convocarlo mientras veía el partido en la gradería del estuche.
A la Yiyoneta parecía hasta entonces que no había camino que la detuviera, porque hasta
Nunca perdimos la cabeza, demostramos personalidad, la Liga es un gran rival”.
Mariano Torres
Volante de Saprissa
La intensidad nos pasó factura. No hay excusas, Saprissa hizo un gran partido, a trabajar el doble para el que viene”.
Alonso Martínez
Volante de la Liga
ese momento del partido, ¿y Saprissa? ni noticias. Ian Lawrence tenía seco a Jimmy Marín y Fernán Faerron a Daniel Colindres.
Wright no podía permitir que un bus les pasara por encima y le tocó hacer cambios para corregir lo que veía y lo logró, ganó el duelo desde el banco.
El hombre estaba como agua para chocolate y a los 34 minutos sacó a Orlando Sinclair, que no tuvo una sola, para meter a David Ramírez, y fumigó a Wálter Cortés, quien se fue mareado con la velocidad de Alonso, para darle chance a Jaylon Hadden.
Con las variantes la cosa cambió un poco, Saprissa tapó el hueco por donde le hicieron fiesta y además empezó a ser más protagonista en el marco de Leonel Moreira para pulsear el descuento.
Una torta de Pipo, quien le metió el pie entrando al área a Daniel Colindres, metió a los locales de lleno en la mejenga con un penal claro, nada qué hacer. Mariano Torres pateó a la izquierda de Osito, quien se tiró para el otro lado.
Esos últimos minutos del primer tiempo fueron de sufrida para los erizos y la mejor noticia para ellos fue que terminara, porque el equipo se fue metiendo atrás poco a poco.
David Guzmán se fue de amarilla al cierre, por lo que Wright lo sacó al medio tiempo por Kevin Espinoza y esa movida también le salió de lo lindo.
Por encima. El complemento inició con un susto de la Liga, un cabezazo del cubano que pegó en el palo y luego de chiripa en la mano de Cruz, pero después de eso fue todo Saprissa.
El Monstruo respondió adueñándose de la bola y de la media, ya Jimmy Marín aparecía por todo lado, Colindres se metía fácil al área y por la táctica fija consiguieron el empate. ¡Lo ganaban todo por arriba!
Mariano Torres envío un centro a los 53’ y con la especialidad de la casa, Kendall Waston apareció en las alturas, le ganó por completo el duelo a Alexis Gamboa y puso el 2-2 que, por lo que se veía, era justo.
A partir de ahí se vio la verdadera cara del planteamiento de Yiyo. La Liga se dedicó a cuidar el empate porque no salió de atrás. Incluso, daba la impresión de que el tercero de la S podría caer en cualquier momento (como más adelante pasaría).
En solo dos minutos, Colindres tuvo dos clarísimas en las que Moreira le ganó la partida. Primero un cabezazo a los 59’ que Osito embolsó el remate con seguridad. Luego otra en la que el atacante se metió por el centro del área y el meta el tapó el remate.
Marín metía a un contención como José Miguel Cubero, luego a un lateral como Ian Smith (por la lesión de Barlon Sequeira) y tras de eso el equipo no ligaba ni tres pases seguidos. ¡No se sabía a qué jugaba Alajuelense!
Eterna agonía. El técnico manudo veía y veía el reloj de un partido que se le estaba haciendo larguísimo.
La diferencia, Wright sí la pegó con sus cambios; Marín, sin duda, no.
El temor manudo se concretó hacia el final del juego, cuando los morados consiguieron su recompensa, la que pulsearon todo el segundo tiempo con otro hombre que vino desde el banco: Jossimar Pemberton, quien entró en lugar de Colindres.
Torres se sacó otra asistencia magistral desde casi la media cancha, adonde apareció Jossimar a los 84’, dejó rodar un toque la pecosa y definió de derecha. ¡Un golazo!
Como suele suceder con los equipos que llegan a empatar, pierden y cuando van perdiendo sí salen a buscar el marco...
La Liga lo intentó, pero ya era tarde y más bien se comió otro tanto, al 92’, de Torres.
El argentino se encargó del pepino que fue el de la humillación, el de las cifras de goleada, el del 4-2 luego de una raya que mandó con un zurdazo cruzado.
La Yiyoneta se estrelló y de una forma muy fea.