La Teja

ÁRBOLES MEDICINALE­S

- Rocío Sandí rocio.sandi@lateja.cr

los vendedores dicen que los precios de los árboles van desde los ₡8 mil hasta los 60 mil, dependiend­o del tamaño, los más grandotes son más “cariñosos”. Muchos prefieren los más pequeños.

Jennifer Rodríguez puso este año los adornos navideños más temprano que de costumbre. En las últimas semanas de octubre su casa tenía ya un colorido especial, pero algo faltaba.

El 28 de noviembre fue con su esposo, Erick Alvarado, y sus dos hijas, Isabella (de 6 años) y Valery (de 10), a escoger el arbolito para terminar de poner el hogar en sintonía con la época que se avecinaba.

“Queríamos ir desde octubre pero por cuestiones de tiempo no pudimos. Los años anteriores hemos comprado el árbol en la primera o segunda semana de diciembre, pero este año ya en octubre sentimos la necesidad de adornar, quizás por estar tanto tiempo en casa debido a la cuarentena”, explica.

“Nosotros disfrutamo­s mucho ir a comprar el arbolito porque vamos a una siembra grande y mis hijas disfrutan escogiendo el que quieren. Este año las dejé que lo decoraran como querían, les saqué los adornos y los pusieron a su gusto, mi esposo y yo solo pusimos las luces”, contó la vecina de Goicoechea.

Dice que en un año tan complicado como este la llegada de la Navidad tiene un significad­o muy importante.

“Nos sentimos muy agradecido­s por estar bien de salud y tener trabajo, estos son tiempos duros en los que uno debe valorar más que nunca lo que tiene. La gratitud es muy grande porque no nos ha faltado nada, hay que reflexiona­r sobre todo lo que estamos viviendo y seguir cuidándono­s porque esto no ha terminado”, agregó.

Y es verdad... Las primeras vacunacion­es, en Estados Unidos, nos dejan ver que --como nos lo recuerda el árbol de Navidad-- la esperanza siempre reverdece.

Bienestar. María Ester Flores, sicóloga experta en temas de familia, explica que experienci­as como la de esta familia la están viviendo miles más ya que la pandemia las hizo pasar meses de miedo y tensión.

“La gente ya está muy cansada mentalment­e y esta época evoca amor, esperanza, alegría, unión, entre otras muchas cosas, y por eso las familias estaban deseando que llegara. El ver la casa con colores, el arbolito, el olor a ciprés, el portal y todo eso hace que se sientan mejor y el ánimo suba mucho, la pandemia pasa a un segundo plano”, aseguró.

Los árboles, por así decirlo, son una especie de medicina para el alma.

Pero no sólo la familia de Jennifer sintió la necesidad de poner el árbol de Navidad temprano y decorar.

Vendedores de cipreses están sorprendid­os porque habían llegado a pensar que la difícil situación económica que enfrenta el país los iba a golpear en las ventas, pero ha sido al contrario.

Víctor Hernández tiene una venta de árboles en Concepción de San Rafael de Heredia y dice que ya se le están acabando los que tenía disponible­s.

“La gente empezó a llegar en octubre y ni siquiera habíamos numerado los árboles, tuvimos que correr con eso. Yo llegué a creer que se me iban a quedar la mayoría de árboles por este ser un año tan complicado, pero han venido clientes de San José, Alajuela, Turrialba, Guápiles y otros lugares y disfrutan el escoger su árbol y darse una vueltica por estos lados”, explica.

“El año pasado vendí unos doscientos árboles y este año ya llevo tresciento­s, más bien ya casi no tengo. Lo que más busca la gente son pequeños, de entre metro y medio y dos metros de alto”, contó.

Al aire libre. Rónald Rodríguez es otro vendedor y dice que tiene un terreno lleno en Tarbaca, donde le ha aumentado bastante la venta. Él también vende arbolitos en los supermerca­dos Walmart, pero cuenta que ahí las ventas bajaron un 40%.

“Probableme­nte las personas estén evitando las aglomeraci­ones y por eso prefieren ir a las siembras directamen­te, además así pasean un rato.

“Nosotros empezamos la venta el trece de noviembre y ya pasó lo fuerte. Esta vez la gente sintió la necesidad de poner el árbol antes de lo acostumbra­do y eso nos tomó por sorpresa”, expresó.

Gran ayuda. Marco Mora es vecino de San Rafael Arriba de Desamparad­os y normalment­e se dedica al transporte de turistas, pero este año la pandemia hizo que sus ingresos cayeran completame­nte, así que decidió ponerse a vender árboles de ciprés.

“Hace unos seis años sembramos arbolitos en un terreno que está cerca de la casa y nos gustaban tanto cómo se veían que decidimos dejarlos ahí. Este año, por todo lo difícil que hemos pasado, decidimos venderlos y así ayudarnos, nos ha costado, a veces vendemos uno o dos por día nada más, pero todo es ayuda”, dijo Mora.

“La mayoría que tengo son grandes y eso es desventaja porque la gente, en su mayoría, compra pequeños; aun así me han salido ventas, un día de estos una señora de Santa Ana vino a llevarse uno de dos metros y medio de alto”, agregó.

Estos comerciant­es se sienten aliviados al ver que --por fortuna-- la pandemia, contra todos los pronóstico­s, favoreció las ventas.

La esperanza, ya lo sabemos, no se pierde con facilidad.

PRECIO VARIADO

 ?? CORTESÍA VÍCTOR HERNÁNDEZ CORTESÍA DE JENNIFFER RODRÍGUEZ CORTESÍA ?? Víctor Hernández ha vendido este año 100 árboles más que en el
2019.
Isabella y Valery ayudaron a decorar el arbolito.
Jennifer dice que sus hijas disfrutan mucho escoger el arbolito.
CORTESÍA VÍCTOR HERNÁNDEZ CORTESÍA DE JENNIFFER RODRÍGUEZ CORTESÍA Víctor Hernández ha vendido este año 100 árboles más que en el 2019. Isabella y Valery ayudaron a decorar el arbolito. Jennifer dice que sus hijas disfrutan mucho escoger el arbolito.

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