“Yo sentía que iba a regresar”
Kendall Báez recibió el mejor regalo por el Día del Niño este lunes ya que recuperó a su amada perrita “Fresita”, la cual se perdió el 1 de setiembre en La Lima de Cartago.
“Se me arrugó el corazón de la emoción porque ella es parte de mi vida. Nunca perdí la esperanza, vivía pensando en ella y orando, esperando que volviera a mí. Yo sentía que iba a regresar”, contó el menor, de 11 años.
La historia de Fresita se hizo viral luego de que el pequeño ofreció los ahorros que tenía en su chanchito, unos ¢40 mil, como recompensa. Al final la suma subió a ¢100 mil pues dos mujeres donaron ¢30 mil cada una a la causa.
La amarga espera llegó a su fin ayer cuando doña Suyen Torres, mamá del pequeño, recibió la llamada de una persona que aseguraba tener a la peludita.
“Un señor nos llamó y dijo que un amiga la había encontrado. Nos mandó fotos y sí era ella, pero nos dijo que teníamos que llevarle la recompensa”, contó Torres.
Junto a Katherine Dotti, dueña de la veterinaria LuKa, Torres visitó la propiedad en la cual tenían a la perrita, en Bermejo de Quebradilla, Cartago.
“Estaba amarrada junto a otros perritos cerca de un caño, nos dijeron que la tenían bien cuidada y le habían cortado el pelo. No preguntamos nada más, les dimos el dinero y nos fuimos rápido”, contó Torres.
El mejor regalo. Doña Suyen y la veterinaria decidieron sorprender a Kendall con el mejor regalo que podía recibir en su día y por eso pasaron a recogerlo al colegio Francisca Carrasco Jiménez, en Guadalupe de Cartago.
“Me quedé en shock cuando la vi (a Fresita), me devolvieron un pedazo de mi corazón. Al principio no reconocí a la doctora, entonces no sabía por qué mi mamá estaba ahí.
“Más que una compañera, es como una hermana para mí. Agradezco mucho a todos los que nos ayudaron a buscarla, mucha gente se burló de nosotros, pero mucha gente con sus palabras y amor nos llenaban de esperanza”, dijo el pequeño.
Bien chineada. Luego se fueron a la veterinaria LuKa, en donde la especialista se encargó de chinear a la perrita para dejarla tan linda como estaba antes de perderse.
Además, le puso un chip especial que se inserta debajo de la piel y que es como una cédula de identidad para perritos.
“No tengo palabras para agradecerle a los que estuvieron pendientes y ayudaron, gracias por devolverle la sonrisa a mi hijo”, dijo Torres.