FINALMENTE DESPERTARON CELSO Y BRYAN
El asunto era sencillo, pero no se daba.
Se trataba de que Celso Borges y Bryan Ruiz se reencontraran con su buen fútbol, para darle vida a la cintura de un equipo que naufragaba en la mitad de su cuerpo.
Todo indica que el gol tempranero de El Salvador, apenas en el minuto 11 de acción, “picó” a los dos experimentados futbolistas de la Tricolor y fue cuando decidieron, sin hablarse, echarse el equipo al hombro.
Con una reacción más emocional que futbolística, combinada con una deplorable baja de ritmo de los cuscatlecos, contentos con el 1-0 y sin ansias de liquidar el cuento, Costa Rica reordenó despojos, pasó a la ofensiva y por primera vez en la eliminatoria, tuvo presencia en el marco rival, incluso con ocasiones claras de conquista. El portero Mario González usó sus puños para desviar metralla y a Borges le rechazó un remate fulminante de cabeza que viajaba a los cordeles.
La pesadilla de un eventual 2-0 que prácticamente nos eliminaba del Mundial, se convirtió en fuente de esperanza por el repunte de la Tricolor.
En el segundo tiempo tuvimos la dicha de empatar temprano, apenas en el minuto 52. Borges globeó al segundo palo y Bryan Ruiz repitió la acción con la que doblegó a Gianluiggi Buffon en Brasil 14, pero en el otro sector del marco. Remate de cabeza y gol.
Enseguida, la acción de penal del portero González a José Guillermo Ortiz y el trallazo de Celso que abombó la red y provocó el grito de gol, largo y sonoro del cuestionado mediocampista, que lo cantó con locura en comunión con la grada.
Todo se resumía a que Celso Borges y Bryan Ruiz, volvieran a jugar buen fútbol, así lo hicieron y la Selección Nacional presentó otra cara, porque el renacimiento de los veteranos mediocampistas en el juego más determinante por ahora de la octogonal, contagió a sus compañeros que jugaron, todos, un partido de sangre caliente, de ir a todas, de meter pierna, en fin, un juego que obligó a un enorme desgaste y sacrificio físico en procura de sostener la ventaja.
En el cierre, no podía faltar el vuelo espectacular del Halcón, Keylor Navas, para desviar un bólido de Dennis Pineda en acción escalofriante.
Lógicamente que el triunfo mete a Costa Rica en la pelea, mañana enfrenta a un Estados Unidos herido y sangrante por su tropiezo en Panamá, arma de doble filo para los ticos. O les damos otra estocada o pagamos caro la derrota de los anfitriones en la zona del Canal.