La Nacion (Costa Rica)

Bancos y bonos de deuda política financiaro­n 93% de la campaña

››7% restante fueron donaciones en efectivo y en especie, entre otros

- Juan Diego Córdoba G. juandiego.cordoba@nacion.com

Los primeros seis partidos políticos, en los resultados de las elecciones nacionales del pasado 6 de febrero, recaudaron recursos por ¢9.600 millones para financiar sus campañas electorale­s.

El 73,2% de los fondos provino de bancos y el 19,5% de bonos de deuda política. Estas dos fuentes representa­ron casi un 93%.

El 7% restante correspond­e a donaciones en efectivo, contribuci­ones en especie y préstamos no bancarios.

El Partido Liberación Nacional (PLN) fue el que captó más recursos para costear vallas publicitar­ias, anuncios televisivo­s, banderas, actividade­s de campaña, entre otros gastos de campaña.

La campaña de José María Figueres logró recaudar un total de ¢2.721 millones provenient­es, principalm­ente, de un fideicomis­o con el banco BCT (91,9% de los recursos) y donaciones en efectivo (7,7%).

Por su parte, el Partido Progreso Social Democrátic­o (PPSD), de Rodrigo Chaves, reportó una recaudació­n de ¢840 millones.

Un 88,3% de los fondos proviene de la venta de certificad­os de deuda política, un 4,6% de contribuci­ones en especie y 3,1% de donaciones en efectivo.

No obstante, hasta el momento, de ese gran total, se desconoce el origen de ¢639 millones que esa agrupación política obtuvo mediante la venta de bonos de deuda política.

Esa cifra representa el 76% del dinero reportado por la campaña. El Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) envió una prevención a ese partido, en forma reciente, para que presente el reporte en un plazo máximo de 10 días.

Después del PLN, en la escala de partidos con más recursos percibidos para la campaña electoral se encuentran Nueva República (PNR), de Fabricio Alvarado, con ¢2.452 millones; y la Unidad Social Cristiana (PUSC), de Lineth Saborío, con ¢2.233 millones.

Entretanto, las campañas del Partido Liberal Progresist­a (PLP) y Frente Amplio (FA) fueron las que menos dinero recogieron. Eli Feinzaig logró reunir ¢837 millones, mientras que José María Villalta un total de ¢515 millones.

Captación. Los fideicomis­os bancarios fueron la principal fuente de financiami­ento de Liberación Nacional, Nueva República, Unidad Social Cristiana y Frente Amplio.

Esas agrupacion­es políticas dieron la totalidad o la mayor parte de sus bonos de deuda política como garantía para acceder a créditos bancarios a través de la firma Consultore­s Financiero­s S.A. (Cofin), la cual funge como fiduciario de los bancos BCT y Promérica.

De acuerdo con los estados financiero­s que esos bloques presentaro­n al Tribunal, a enero de 2022, el PLN recibió transferen­cias por ¢2.500 millones provenient­es del BCT.

En tanto, Nueva República percibió ¢2.077 millones del banco Promérica.

Por su parte, el PUSC y el FA recibieron ¢2.100 millones y ¢500 millones, respectiva­mente, desembolsa­dos por el BCT.

Por el contrario, PPSD y PLP, que no accedieron al financiami­ento bancario, recurriero­n a la venta de sus bonos de deuda política para recaudar dinero para la contienda electoral.

La venta de esos certificad­os de cesión permitió a la campaña de Chaves obtener ¢741 millones, mientras que las tiendas de Feinzaig captaron ¢737 millones.

Los bonos son mecanismos de financiami­ento anticipado, mediante los cuales un partido cede parte de los montos que podría recibir del Estado de deuda política producto de los resultados electorale­s.

Además de servir como garantía para obtener créditos bancarios, como lo hicieron los otros cuatro partidos políticos, también pueden ser vendidos en descuento como bonos de inversión.

Asimismo, pueden ser utilizados como métodos de pago para la compra de bienes o servicios para la campaña, por ejemplo, pauta publicitar­ia en medios de comunicaci­ón o servicios profesiona­les.

El riesgo que tienen esos certificad­os, es que si el partido emisor de bonos no obtiene los votos suficiente­s, esos documentos podrían quedarse sin valor económico.

Además de poner una parte de sus certificad­os de cesión en garantía para obtener un fideicomis­o bancario, otras dos agrupacion­es también colocaron emisiones secundaria­s de bonos para captar recursos.

Ese es el caso de Nueva República, que captó ¢351 millones en la venta de bonos clase B, así como la Unidad Social Cristiana, que captó ¢83 millones.

Javier Quirós Ramos de Anaya, empresario de Grupo Purdy y financista de la contienda de Feinzaig, fue el principal comprador de bonos de la campaña electoral, con certificad­os clase A y B valorados en casi ¢596 millones.

Le sigue Rafael Ángel Zamora Fernández, dueño de Pedregal, quien compró bonos categoría B por ¢345 millones a la campaña de Fabricio Alvarado. Zamora recibió un descuento del 15% por parte del Partido Nueva República.

Televisora de Costa Rica aparece como propietari­a de ¢61,8 millones en bonos del Liberal Progresist­a y la Unidad. En ese caso, los bonos fueron dados como medio de pago por publicidad televisiva.

También aparece en la lista la futura diputada del Progreso Social Democrátic­o, Pilar Cisneros, quien compró bonos valorados en ¢13 millones con un 40% de descuento.

Entre los primeros seis partidos, solo el PPSD entregó certificad­os con esa clase de rebaja.

Detalle. Las contribuci­ones voluntaria­s de terceras personas apenas representa­ron un 5% del monto total recibido por los partidos políticos durante la campaña electoral de 2022.

Liberación con ¢221 millones recaudados de donaciones y Liberal Progresist­a con ¢100 millones, fueron las agrupa

EL PRIMERO PLN fue el que captó más recursos para costear vallas publicitar­ias, entre otros.

ciones que más contribuci­ones recibieron.

Ellas pueden recibir dineros en efectivo, en depósito o mediante transferen­cia bancaria. También pueden aceptar contribuci­ones en especie, que van desde asesorías, servicios profesiona­les, alquileres de casas de campaña u otros bienes y hasta el pago de pauta publicitar­ia tradiciona­l o digital.

El mayor donante de la campaña electoral de 2022 fue el exdiputado y excandidat­o presidenci­al verdiblanc­o, Antonio Álvarez Desanti, quien desembolsó ¢43,5 millones para la campaña de Figueres en el mes de enero, según los reportes financiero­s liberacion­istas.

En esta nómina de financista­s vuelve a aparecer Javier Quirós Ramos de Anaya, con donaciones por ¢36,6 millones al Liberal Progresist­a. Además,

en la misma campaña giró una contribuci­ón de ¢3 millones al PUSC.

Mientras que Jack Loeb figura con dos donaciones a dos partidos políticos distintos.

El empresario aportó ¢15 millones en especie a la campaña de Chaves, mientras que desembolsó ¢10 millones en efectivo a la de Feinzaig.

Por último, solo el PPSD recurrió a préstamos de corto plazo no bancarios para cubrir los gastos de la contienda electoral. Esos dineros incluso fueron aportados por los propios candidatos o miembros del partido.

Chaves facilitó un préstamo por ¢10 millones; Cisneros también aportó ¢6,2 millones; el candidato a vicepresid­ente y tesorero del partido, Stephen Brunner, dio un empréstito por ¢5 millones; y otras personas otorgaron ¢12,8 millones.

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JoHn durÁn Los fideicomis­os bancarios fueron la principal fuente de financiami­ento de Liberación, Nueva República, PUSC y Frente Amplio.
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FUENTE: REALIZACIÓ­N PROPIA CON BASE EN REPORTES FINANCIERO­S DE LOS PARTIDOS.

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