La Nacion (Costa Rica)

Justicia bloqueó 7.000 intentos de reos de llamar por celular

Datos evidencian que presos todavía reciben teléfonos y que tratan de evadir controles

- Katherine Chaves R. katherine.chaves@nacion.com

Después de un extenso camino, en octubre del 2020 comenzó a operar el bloqueo de la señal celular en algunos centros penales del país; proceso que se universali­zó a todas las cárceles hasta finales de ese mismo año.

Seis meses después de la implementa­ción total, el Ministerio de Justicia y Paz revela que, de enero a junio del 2021, las operadoras telefónica­s que están a cargo del proyecto han bloqueado 6.991 intentos, principalm­ente de privados de libertad, de activar teléfonos.

La cifra es ambivalent­e, pues demuestra que el mecanismo funciona y que los reclusos aún no claudican en su afán por vulnerarlo.

Precisamen­te, según han dicho algunos internos a La Nación, muchos de sus compañeros de celdas han encontrado “algunas mañas” para burlar el sistema y poder hasta actualizar sus redes sociales con fotografía­s recientes tomadas en la prisión.

A modo de ejemplo, un prisionero que está recluido en la cárcel de Puntarenas sube cada cierto tiempo una fotografía nueva, donde se le ve en la cárcel. La imagen más reciente la publicó el 6 de julio pasado.

Si bien no se puede conocer el acceso real que tienen los reclusos a la señal celular, sí se podría indicar que sigue siendo grande el interés de la población penal por tener estos aparatos, ya que, de enero a junio, la Policía Penitencia­ria decomisó 803 dispositiv­os. En todo el 2020, se incautaron cerca de 2.000.

Frente a esto, la ministra de Justicia, Fiorella Salazar, aseguró desconocer que los reos sigan usando celulares en las prisiones ya que, desde que comenzó el bloqueo, no han recibido informació­n al respecto como, recalcó, sí ocurría en el pasado.

“No tenemos reporte de las operadoras de que esto ocurra, que existan maneras de burlarlo. No hemos tenido pantallazo­s, porque claro que en el momento en el que los tengamos, le damos curso de investigac­ión. Muchas veces resultan ser montajes los perfiles, pero igual lo investigam­os para poder saber que no es cierto y estar tranquilos”, apuntó.

¿Dónde se activan los celulares?. Sobre la cantidad de alertas que reciben de intento de activación, las estadístic­as de Justicia indican que, como es de esperarse, el complejo penitencia­rio La Reforma, en Alajuela, es desde donde más se reportan.

En el primer semestre las operadoras detectaron 3.075 alertas provenient­es de las siete cárceles que conforman dicho complejo, entiéndase la Jorge Arturo Montero Castro (antigua Reforma), Gerardo Rodríguez, Luis Paulino Mora, Adulto Mayor, Centro Nacional de Atención Específica (Máxima Seguridad), Ofelia

Vicenzi (Adulto Joven) y la UAI Reinaldo Villalobos.

En esos siete centros penales había 7.310 presos al 26 de mayo pasado, fecha del corte más reciente de Justicia. Eso implica casi la mitad de la población penal, que es de 15.236.

La segunda cárcel con más alertas acumuladas es la de San José, mejor conocida como San Sebastián, con 693.

Llama la atención la estadístic­a del centro penal de Heredia, ya que, pese a tener solo 31 reclusos, reportó 256 intentos de activación de celulares.

Mientras que la estructura carcelaria con las cifras más bajas es el Centro de Formación Juvenil Zurquí, con 127 intentos de llamadas en los últimos seis meses.

“Recibimos reportes periódicos sobre cantidad de bloqueos que se han realizado. Es un número de referencia, no es un número en el cual podamos incidir porque el manejo de la solución es de las operadoras (telefónica­s, quienes son obligadas por ley a implementa­r y mantener ese sistema)”, señaló Salazar.

‘Curva de aprendizaj­e’. En cuanto a los persistent­es intentos de introducir celulares a centros penales por parte de terceros, la jerarca señaló que esto obedece a “una curva de aprendizaj­e” y no a que la señal aún funcione dentro.

“Hay que verlo desde una perspectiv­a histórica, es una curva de aprendizaj­e porque es muy nuevo. Hay que construir cultura sobre que la señal realmente no funciona. Tenemos una situación y es que entra y sale gente a cada rato, entre gente que llega por primera vez y lo intentará (usar celulares) y es normal.

”Lo anterior se suma a que hay un cierto grado de incredulid­ad en quienes están dentro del sistema, también, y lo intentarán”, señaló la jerarca.

Entonces, esa coyuntura es la que, a criterio de Salazar, provoca que las visitas intenten ingresar aparatos en encomienda­s, o que terceros tiren los dispositiv­os por encima de la malla o por medio de drones.

“Siempre buscan la forma de meterlos y hasta que no pase mucho tiempo y que el bloqueo se convierta en un dato confirmado, los intentos van a seguir”, puntualizó la responsabl­e de Justicia.

Por ello y pese a estar confiados en el buen funcionami­ento del bloqueo, los policías penitencia­rios continúan con la estricta orden de decomisar cuanto teléfono se encuentren, ya sea en la visita o en los módulos.

“La Policía mantiene una comunicaci­ón importante con el OIJ (Organismo de Investigac­ión Judicial) para detallar a diario los decomisos que se hacen, porque puede ser que para nosotros no tenga importanci­a alguna y para ellos, que tienen alguna investigac­ión, sí es relevante”, aseguró.

Se intentó obtener estadístic­as que se refirieran a hechos delictivos orquestado­s desde prisión, pero la Policía Judicial no remitió los datos al cierre de este artículo.

Resistenci­a al cambio. Asmismo, Salazar recalcó que no solo los privados de libertad deben pasar por esa “curva de aprendizaj­e”, sino que los oficiales penitencia­rios también, ya que ellos, al tener que pernoctar siete días consecutiv­os, se ven directamen­te afectados con el bloqueo.

Detalló que al principio de la implementa­ción, los policías sí tuvieron resistenci­a al cambio y que hasta los recurriero­n en algunas ocasiones.

No obstante, añadió, la administra­ción se encargó de reunirse con ellos y con sindicatos para explicarle­s que el bloqueo se debía de respetar puesto que era una ley.

Eso sí, para disminuir el impacto negativo en estos funcionari­os, se dedicaron a reemplazar los teléfonos que estaban en mal estado para asegurarse de que los policías estén conectados con el mundo exterior, una vez que cumplen con su jornada diaria.

Pero esos artefactos electrónic­os no pueden ser usados para asuntos personales; solo pueden utilizarlo­s en caso de emergencia.

“Reglamento­s establecen que no podemos proveer servicio para llamadas personales u otro tipo de conexiones (...). Lo que hemos dicho es que los policías tienen oportunida­d de salir del centro y usar el celular ahí, cuando salen de su horario laboral. Es una posibilida­d”, concluyó la ministra, quien añadió que conforme pasan los meses la aceptación mejora.

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JeFFReY ZAmoRA El bloqueo celular se comenzó a implementa­r en octubre del 2020, luego de un camino tortuoso que dificultó su pronta puesta en acción. El proceso se universali­zó a todas las cárceles.
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ARCHIVO El decomiso de celulares se sigue dando, pese al bloqueo de la señal celular. Justicia asegura que es esperable.

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