El bien común
Suponiendo que el pueblo llegue a elegir gobernantes capaces (presidentes, diputados, alcaldes, regidores, etc.), todos ellos honrados y dispuestos a servir al pueblo, ¿cómo poner en práctica las buenas decisiones que necesita el país?
Sin violencia, pero con firmeza. Paulatinamente, pero sin dejar de avanzar. Poniendo siempre en alto el bien común de la población, al que algunos estudiosos han denominado el mayor bien después del más alto que es Dios mismo. Y no cejar. No darse por satisfecho, sino mejorar y mejorar la convivencia. Es una tarea sin fin y que, por relevos, una generación entrega a la siguiente.
Cuando se experimenta cierta descomposición social, es porque alguna generación no cumplió su deber y corresponde a la siguiente o siguientes duplicar su esfuerzo para que el bien común vuelva a prevalecer.
Si el pueblo elige gobernantes incapaces o solo interesados en su propio bien (honor, riqueza, regocijo en el poder, vana ostentación, nepotismo…), sufrirá un inmenso daño el bien común; la sociedad experimentará insatisfacción, habrá protestas, y si no hay corrección oportuna, el país sufrirá cada vez peores males; será la descomposición social, la cual puede degenerar en cualquier cosa. Por ello, siempre será necesario elegir gobernantes capaces y honrados a carta cabal y dispuestos a servir al pueblo de Costa Rica.
Guillermo Malavassi Vargas
Curridabat