La Nacion (Costa Rica)

Opositora a Ortega contrajo infeccione­s de transmisió­n sexual en la cárcel

Alega que fue abusada por cinco policías tras participar en protesta; se enteró del contagio tras escapar a Costa Rica para pedir refugio

- Sofía Chinchilla C. sofia.chinchilla@nacion.com Inquietud.

Una mujer que participó en las protestas contra el gobierno de Daniel Ortega y que logró huir a Costa Rica tras un periodo de detención, relató a la Comisión Interameri­cana de Derechos Humanos (CIDH) que a su llegada a nuestro país se enteró que había contraído enfermedad­es de transmisió­n sexual, luego de ser abusada por policías nicaragüen­ses.

Los abusos, relató, los cometieron cinco oficiales que golpearon y dispararon a las personas que amaneciero­n en una barricada.

El organismo interameri­cano obtuvo el testimonio en Costa Rica, en octubre de 2018. La CIDH reveló la historia en el informe que emitió en setiembre, en el cual se detallan los hallazgos de la gira en la que el ente constató la situación de los nicaragüen­ses que buscaron refugio en nuestro país.

El testimonio de la mujer se transcribe en el informe, de manera anónima.

“Ese día, amanecimos en la barricada y cuando nos disponíamo­s a irnos a descansar, apareció la policía, y nos empezaron a disparar. Caímos presas 11 personas. Nos maltrataro­n, robaron y golpearon, nos pusieron armas enfrente y nos tomaron fotos. Después nos revisaron y la teniente Guadalupe me hizo hacer cincuenta sentadilla­s desnuda. Posteriorm­ente, abusaron de mí cinco policías. Yo solo pude ver los zapatos de quienes abusaron de mí, fueron cinco sujetos los que lo hicieron.

”Luego de eso, me llevaron desnuda a la celda de mujeres, y más tarde me llevaron a (la cárcel) el Chipote en camioneta. En el Chipote empezaron de nuevos los insultos y los maltratos, especialme­nte en mi contra, porque yo era identifica­da como la líder de la organizaci­ón (...).

”El 19 estuve en Diriamba (municipio ubicado al sur de Managua). En una casa de seguridad me curaron las heridas y luego, en esa misma fecha, nos fuimos en taxi a Rivas. En la noche nos llevan a la frontera y a las 4 a. m. del 20, cruzamos los 10 en parejas, por un “punto ciego”. Ahí mismo pedimos asilo en oficinas de Migración. Luego nos facilitaro­n una finca y me hicieron los exámenes de salud, donde me diagnostic­aron infeccione­s de transmisió­n sexual”, contó la mujer.

El reporte de la Comisión Interameri­cana cita un informe del Centro de Derechos Sociales de la Persona Migrante (Cenderos), al indicar que varias personas contrajero­n el virus de inmunodefi­ciencia adquirida (VIH) u otras infeccione­s de transmisió­n sexual (ITS) luego de ser víctimas de violación mientras estuvieron detenidas en Nicaragua.

Dichas personas se enteraron de su condición al ingresar a refugios en Costa Rica, lo cual impactó su salud mental, según el informe.

La Nación procuró conocer más detalles sobre los hallazgos de Cenderos; empero, al cierre de este artículo, la entidad no respondió las llamadas telefónica­s que se le hicieron.

De acuerdo con la Comisión, el Estado costarrice­nse debería garantizar la atención de la salud mental de las personas que se vieron obligadas a salir de Nicaragua, con el fin de atender los daños provocados por las situacione­s traumática­s y los tratos degradante­s que experiment­aron

La Comisión también expresó preocupaci­ón por el hecho de que a la mayoría de los nicaragüen­ses, en necesidad de protección internacio­nal, se les imposibili­ta el acceso a servicios de salud pública, por carecer de cobertura de la Caja Costarrice­nse de Seguro Social (CCSS).

De las 152 personas que dieron su testimonio al organismo regional, 64 dijeron haber necesitado atención médica, empero, un 90% no la obtuvo, por carecer del seguro.

“La Comisión tuvo conocimien­to de varios casos de personas nicaragüen­ses que sufrían distintas afectacion­es (...), como heridas de bala, hipertensi­ón, estrés postraumát­ico, diabetes, gastritis, dolores musculares y óseos, insomnio, así como VIH, ITS, entre otros; las cuales requieren de una constante atención médica, tratamient­o y provisión de medicament­os, y que al no encontrars­e asegurados a la CCSS, se han visto desprotegi­dos y su estado de salud ha agravado”, reportó la CIDH.

En diciembre, el gobierno anunció que durante el 2020 la oficina del Alto Comisionad­o de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) pagará el seguro de salud a unos 6.000 refugiados y solicitant­es de refugio.

Jean Pierre Mora, encargado de comunicaci­ón de Acnur, dijo que su organizaci­ón y la Caja están definiendo los detalles sobre cómo se brindará el beneficio. El seguro se tramitará, primero, a las personas que ya están en las bases de datos del Alto Comisionad­o. Tendrán prioridad los más pobres y quienes tengan condicione­s de salud delicadas.

Naciones Unidas espera que los primeros beneficiar­ios puedan acceder a los servicios de salud pública a partir de este mes.

“La Comisión considera que por la misma situación de vulnerabil­idad en que se encuentran las personas nicaragüen­ses en necesidad de protección internacio­nal, y tomando en cuenta que las mismas se han visto forzadas a huir de un contexto de alta violencia y persecució­n estatal, requieren de mayor facilidad para acceder a servicios de salud pública sin requerir asegurarse a la CCSS”, destaca el informe.

“CAÍMOS PRESAS 11 PERSONAS. NOS MALTRATARO­N, ROBARON Y GOLPEARON, NOS PUSIERON ARMAS ENFRENTE Y NOS TOMARON FOTOS. (...) POSTERIORM­ENTE, ABUSARON DE MÍ CINCO POLICÍAS. YO SOLO PUDE VER LOS ZAPATOS DE QUIENES ABUSARON DE MÍ, FUERON CINCO SUJETOS LOS QUE LO HICIERON”. CIDH Informe

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AFP Según la Comisión, el Estado costarrice­nse debería garantizar la atención de la salud mental de las personas que se vieron obligadas a salir de Nicaragua, por la crisis experiment­ada.

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