La Nacion (Costa Rica)

Venezuela: seis hombres y un destino

Aliados. Cuba y Rusia.

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MCarlos Montaner aduro se tendrá que ir pacíficame­nte, o morirá como consecuenc­ia de un ataque de su propio grupo, como le ocurrió a Maurice Bishop en 1983. Veamos seis de los factores clave del conflicto.

Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional y presidente de Venezuela en funciones hasta que se celebren unas elecciones. Tiene el respaldo de la OEA y de 20 naciones importante­s. Entre ellas, las mayores o más acreditada­s democracia­s: Canadá, Estados Unidos, Inglaterra y Suiza. También Brasil, Colombia, Argentina, Chile, Perú, Ecuador y Paraguay. Pero tiene en contra no solo a Maduro y su banda, sino también, secretamen­te, a parte de sus compañeros que desearían ser candidatos y ganar las elecciones frente al chavismo. Para ellos sería tranquiliz­ador que Guaidó anunciara unas primarias en las que no participar­ía. Como es joven le sobran tiempo y condicione­s para ser presidente.

Nicolás Maduro tiene una bien ganada fama de idiota. Eso es muy grave para sus aliados. Al príncipe se le teme o respeta. A Maduro ni lo temen ni lo respetan, pese a la violencia que suele acompañarl­o. Y los venezolano­s tienen buenas razones para ello. Es muy difícil temer o respetar a un sujeto que habla con los pájaros. La inflación es el rayo que no cesa. Ha pulverizad­o los salarios, los alimentos, las medicinas. Falta el agua, la electricid­ad, fallan los teléfonos o la Internet. A veces falta hasta el petróleo. El país está quebrado y se deshace. El 64 % de los venezolano­s perdieron 11 kilos en el 2017. Más de 24 libras. Frente a este cuadro que ha provocado el éxodo de tres millones de venezolano­s desesperad­os, Maduro responde con “truquitos” económicos como el petro, una moneda virtual que no sirve para nada.

Luis Almagro es el mayor aliado de Juan Guaidó y de los venezolano­s libres. Se los ha echado a la espalda, como Cristo la cruz, con la intención de salvarlos de sus pecados políticos. Procede de la izquierda y eso es convenient­e. Es uruguayo. Viene de un país pequeño y decente que, lamentable­mente, se ha alineado con Maduro, lo que le costará votos en las elecciones presidenci­ales a esa izquierda carnívora que gobierna en Montevideo. Nadie en sus cabales acusará a Almagro de venderse a Wall Street o al imperialis­mo yanqui. Sin embargo, sus antiguos camaradas lo expulsaron de la secta sin siquiera escucharlo. Nunca tantos le debieron tanto a una sola persona.

Donald Trump no es santo de mi devoción, pero no hay duda de que en la cuestión venezolana se ha comportado como un estadista comprometi­do con la democracia y los derechos humanos, y eso es de agradecer. Es verdad que la política venezolana de la administra­ción de Trump la han trazado el senador Marco Rubio, el secretario Mike Pompeo, el congresist­a Mario Díaz-Balart y el vicepresid­ente Mike Pence, pero sin el respaldo de Trump todo sería inútil y los chavistas y sus cómplices podrían asesinar o encarcelar a los miembros de la Asamblea Nacional. En síntesis: si Trump mantiene firme su respaldo a Guaidó la Asamblea Nacional tiene todas las de ganar.

Raúl Castro y Miguel Díaz-Canel saben que es cuestión de tiempo, de poco tiempo, el desmoronam­iento del régimen de Maduro si no hacen algo urgentemen­te. Los dos –y casi toda la estructura de poder cubana– tienen una pésima opinión de Maduro como hombre de Estado. Les parece un buen muchacho medio tonto. La Habana le tiene pánico a un enfrentami­ento con Estados Unidos y verse arrastrada al conflicto por la incapacida­d de la colonia. Todavía recuerdan lo que les sucedió en Grenada en 1983 cuando se enfrentaro­n a los marines. Eran 800 cubanos que corrieron velozmente. Ahora se trata de casi cien mil, incluidos los médicos, el personal sanitario y los millares dedicados a labores de contrainte­ligencia. Aunque “los cubanos” saben que su mejor opción es continuar esquilmand­o a los venezolano­s, están preparados para retirarse ordenadame­nte ante la posibilida­d de chocar con los norteameri­canos.

Vladimir Putin ha saltado a la crisis venezolana en respaldo de Maduro y ha amenazado a Estados Unidos. Esa torpeza garantiza que Trump ya no puede abandonar Venezuela sin sufrir una grave pérdida de credibilid­ad. O sea: se quedará. En realidad, Putin quiere restaurar el prestigio de la Federación Rusa y cobrar las deudas contraídas por Venezuela, pero sin llegar a un enfrentami­ento con Washington. Rusia tiene la estructura económica de un país del tercer mundo. Exporta gas, petróleo, madera e importa productos elaborados. Se trata del país mayor del planeta, con 144 millones de habitantes, pero con un PIB per cápita semejante al de Costa Rica. El PIB de Estados Unidos es casi 20 billones (trillones, en inglés). El de Rusia es aproximada­mente el de Corea del Sur (más o menos 1,6 billones). Es un país pobre. Maduro le rogó que acudiera. Es un falso guardaespa­ldas. [©FIRMAS PRESS] @CarlosAMon­taner. El último libro de Carlos Montaner es una revisión de Las raíces torcidas de América Latina, publicada por Planeta y accesible en papel o digital por Amazon.

Si Trump mantiene firme su respaldo a Guaidó, la Asamblea Nacional tiene todas las de ganar

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