Sabo salió de la Cueva coqueteando su regreso
▶ Sacó pancarta, dio un beso a la grama natural e hizo guiño a la Directiva morada
No hay lugar como la casa. Es el terruño querido. Es el sitio de siempre. Álvaro Saborío regresó a la Cueva. Ahora, como rival, con la camiseta de San Carlos. Su retorno estuvo lleno de simbolismos.
Salió a calentar y la afición le aplaudió. Desde ahí empezó con el pie derecho su relación con la grada morada, esa de la que un sector de la popular lo hizo tomar la decisión de retirarse al ofenderlo.
Antes de que se iniciara el juego y después de la última reunión junto a sus compañeros, Sabo sacó una pancarta que decía “¡gracias!” con el escudo del Saprissa y el de San Carlos. La gente le aplaudió para agradecerle el gesto.
Ya con el pitazo inicial, eran rivales, y en la Cueva se escucharon silbidos luego de un disparo desviado; no obstante, solo estaba afinando su puntería. Al final, le llovería metralla a Kevin Briceño, quien iba a tapar tres disparos de Sabo y a ver cómo uno se colaba entre las redes para el 3-3 definitivo.
Luego de un primer tiempo discreto en el que tuvo un duelo particular con Heiner Mora, el sancarleño cambió la camiseta con Michael Barrantes. Posterior al juego, también con Christian Bolaños. “Somos amigos desde la juventud. Tiene muy merecida la banda de capitán”, manifestó Sabo sobre el reencuentro con Bola.
Salida. Al salir del campo, los seguidores se pusieron frente a la malla de sol sur y le hicieron sentir su aprecio. El futbolista, de 36 años, los saludó con las manos arriba.
Al vestuario entró sin camiseta, pero se puso la de verdugo, pues en el segundo tiempo fue un verdadero dolor de cabeza para la zaga saprissista.
A los 61 minutos, Saborío le robó la espalda a Heiner Mora y definió de pierna izquierda. Abombó la red, algo que años atrás era cuestión de todos los
Delantero de San Carlos
días en la Cueva; sin embargo, ahora era contrincante.
El atacante se agachó y besó la grama natural del Estadio Ricardo Saprissa. No lo celebró. Ese fue todo su festejo. “Un amigo me dio la idea y fue un lindo detalle para agradecerle a la afición por el bonito recibimiento que me dio”.
Es la segunda ocasión en la que el ariete le marca al Mons- truo en su patio con la casaca de otro equipo. Ya lo había hecho con el Real Salt Lake.
“Se podría dar (el volver a jugar con Saprissa), me siento muy bien físicamente. Hay que ver qué opina la Directiva y la gente que toma decisiones aquí.
Álvaro Saborío
Reconocimiento. Algunos morados aplaudieron la anotación aunque significara el empate; los norteños sí lo festejaron por todo lo alto.
Tras el juego se despidió de manera emotiva de sus excompañeros, amigos y afición. “En el campo uno habla de cualquier cosa, siempre vacila. Hablamos de todo un poco, siempre es bonito encontrárselos y verlos tan bien”, expresó el sancarleño.
Tras el pitazo, la prensa aguardaba por él. Saborío departió con aficionados luego del 3-3. “Por entrevistarlo, algunos periodistas llegaron tarde a la conferencia de Martín Cardetti, técnico de los toros del norte, pero eso poco importó.
“¿Regresaría al Saprissa?”, fue la pregunta que le hicieron.
“Sí, con mucho gusto”, fue su clara respuesta.
“¿Ve factible una tercera etapa suya en el Saprissa?”.
“Di sí, se podría dar, me siento muy bien físicamente. Hay que ver qué opina la Directiva y la gente que toma decisiones aquí”, soltó el ariete.
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