Un francés gana la etapa reina
LAGOS DE COVADONGA, ESPAÑA.
El ciclista francés Thibaut Pinot (FDJ) se impuso ayer en la etapa reina de la Vuelta a España, con final en los Lagos de Covadonga, tras la que el británico Simon Yates conserva el jersey rojo de líder.
A 28 segundos del escalador galo entró en meta el colombiano Miguel Ángel López, que arañó así unos segundos de ventaja con respecto a los otros aspirantes al podio de Madrid, como su compatriota Nairo Quintana, Alejandro Valverde y el propio Yates.
El británico ingresó a 30 segundos del vencedor de la etapa y la pareja de Movistar cruzó la línea dos segundos después.
En la general, Yates aventaja en 26 segundos a Valverde, en 33 a Quintana y en 43 segundos a Supermán López.
Entre estos cuatro hombres parece que se repartirán los tres puestos del podio de Madrid, aunque el holandés Steven Kruijswijk, quinto a 1:29 de Yates, puede tener aún opciones.
Hoy los ciclistas disfrutarán de la segunda y última jornada de descanso, antes de afrontar la semana decisiva de la carrera, que comenzará el martes con una contrarreloj individual entre Santillana del Mar y Torrela- vega, con un total de 32 km de recorrido.
El final de esta Vuelta Grande está programado para el próximo domingo.
Por su parte, el costarricense Andrey Amador cruzó la meta en el puesto 121, a 37 minutos y 31 segundos del ganador de la largada.
En la clasificación general, el nacional ocupa la posición número 80.
Del líder, Amador está separado por 2 horas, 9 minutos y 47 segundos.
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El fútbol comenzó por ser un deporte exclusivo y aristocrático, cultivado durante la segunda mitad del siglo XIX por la alta sociedad inglesa.
Durante el Mundial Uruguay 1930 se convirtió en espectáculo de masas.
Con las selecciones de Hungría y de Brasil, durante los años cincuenta, sesenta y setenta, se transformó, en el sentido estricto del término, en un arte, en coreografía, en danza, en improvisación, en poesía, en inteligencia en movimiento.
La Naranja Mecánica y la dinámica del fútbol total lo convirtieron en ciencia, durante la segunda mitad de los años setenta.
Hoy en día es un mega negocio, una colosal máquina abocada a generar dinero, una pulpería glorificada cuyo único propósito es producir riqueza a escala inimaginable.
Y esa ha sido, en síntesis, la biografía de nuestro amado deporte.
La FIFA manipula cantidades de dinero que superan el PIB de toda África.
El fútbol es, después del negocio de la droga, de la industria textil y de la venta y fabricación de armas, el monstruo generador de capital más grande del planeta.
Traten de dimensionar las magnitudes de dinero que maneja: no serán capaces siquiera de visualizarlas: se los aseguro.
Llegó a Costa Rica durante la década de 1890, menos de 30 años después de su nacimiento oficial (1863), traído por los hijos de los oligarcas nacionales, que habían ido a hacer estudios a Inglaterra, y por los ingleses que vinieron a trabajar en la construcción del ferrocarril y del tranvía.
Se practicó en Limón antes que en cualquier otra región de nuestro país.
En La Sabana se organizaban partidos de fútbol, con sillas a falta de estadios y graderías: la entrada costaba una peseta para todas las localidades: primera fila, o filas posteriores.
Cometer faltas o penales era considerado una afrenta al honor, una sonrojante acción reñida con el código de caballería que en aquel entonces lo regía. Anotar goles de penal era visto como algo desdoroso, carente de mérito, así que la mayoría de los ejecutores volaban deliberadamente la falta.
¡Ah, amigos, hemos cambiado tanto en nuestra concepción ética del fútbol! Algo en mí evoca esas épocas que nunca viví con nostalgia y melancolía. Lo que se fue… lo que nunca volverá. El código del honor, la limpieza moral del juego, la belleza de lo prístino e impoluto.
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