Un deporte sin reclamos atrae a padres y jóvenes
Federación utiliza regla de disciplina para inculcar respeto a la autoridad
Enmenos de cinco años, el balonmano tico pasó de tener 200 practicantes a casi 7.000 deportistas de una disciplina que era prácticamente invisible.
Sin embargo, irrumpió en los centros educativos al punto de ubicarse apenas detrás del fútbol y el futsal en cantidad de adeptos en los últimos Juegos Estudiantiles.
Favorecido por la poca necesidad de tener un biotipo específico y la cantidad de gimnasios en los que se puede practicar, el balonmano encontró un gancho para hacer
click con los padres, quienes en primera instancia son los que llevan a sus hijos a entrenar.
Ese gancho nació de una regla tan básica como necesaria durante la etapa de formación de niños y jóvenes: el respeto a la autoridad.
El balonmano es uno de los pocos deportes colectivos de contacto en el que se castiga cualquier gesto de desaprobación o reclamo hacia el réferi. Está prohibido increparlo e incluso reclamarle a un jugador del equipo contrario.
Así, si en balonmano los jugadores hicieran como en el fútbol y se acercaran al árbitro a reclamar, todos serían excluidos.
El término excluir es distinto a expulsar. Si un jugador hace un reclamo, el silbatero lo saca del campo durante dosminutos y el equipo queda con seis.
La sanción es progresiva. Es decir, después de dos minutos puede volver a la cancha y seguir jugando, pero si reclama de nuevo, tendrá que salir por otros dos minutos. Si lo hace una tercera, el jugador queda descalificado y debe salir de la cancha. Sinembargo, puede ser reemplazado por otro jugador.
Disciplina. Esta regla, tan sencilla en papel, la aprovecha la Federación Costarricense de Balonmano (Fecobal) para hacer ver a los padres que los jóvenes no solo hacen ejercicio, sino que mejoran su comportamiento.
“Los jugadores aprenden a entender que hay autoridad y que hay que respetarla, si no, no pueden jugar. A los padres les gusta y nos dicen que este comportamiento se traslada al hogar, donde los niños aprenden a respetar”, dijo Juan Carlos Gutiérrez, presidente de Fecobal.
Con él concuerda Álex Rivera. Cuando su hijo Federico tenía 15 años, lo llevó a jugar balonmano y 10 años más tarde sigue jugando en el equipo de la Universidad de Costa Rica.
Rivera cree que muchos de los principios del joven se fortalecieron con la disciplina que le inculcaron en este deporte.
“Lo que genera, desde mi punto de vista como padre, es un respeto a la autoridad, al compañero y al contrincante. No se simulan faltas, es mal visto en este deporte”, explicó Rivera.
De esta forma, el balonmano pasó de ser un deporte poco conocido, a pelearle afición a otras disciplinas más populares, como el baloncesto y el voleibol.
Su práctica en escuelas y colegios se unió a la proyección que ganó tras ser aceptado en Juegos Deportivos Nacionales en el 2014.
Desde entonces se ha masificado con facilidad y crecido en todo sentido. En los últimos Juegos Centroamericanos se lograron dos medallas de plata, en femenino y masculino, y la intención es seguir mejorando.