Agrupaciones resaltan sus proyectos sociales
Aparte del ahorro para el trabajador, las asociaciones solidaristas pretenden llevar programas de impacto social, como otro de los pilares para atraer a los afiliados.
La Asociación Solidarista de Empleados de Chiquita Brands, por ejemplo, tiene vigente un aporte de ¢150 por cada salario del trabajador, con el fin de financiar programas de educación, de asistencia a enfermos, de ayuda a incapacitados y de emergencias.
Su administradora, Jéssica Durán, explicó que en este momento tienen 1.880 afiliados de 28 diferentes centros de trabajo (fincas bananeras), ubicados desde Sarapiquí hasta el Valle La Estrella.
Rafael Vanegas, presidente de la Asociación Solidarista de Empleados del Banco de Costa Rica, manifestó que el trabajo está enfocado en dotar de vivienda, promover la educación, readecuar obligaciones con otros entes financieros y atender la salud.
Mientras tanto, las asociaciones solidaristas de ferreterías EPA, de Standard Fruit Company y de la Compañía de Galletas Pozuelo, se unieron para desarrollar un biodigestor y generar energía. Esta iniciativa surgió ante la necesidad de reducir la contaminación con la broza del café y el pinzote del banano, que se procesará con este proyecto.
Esta propuesta tiene el apoyo del Instituto Tecnológico de Costa Rica (ITCR).