La Nacion (Costa Rica)

Para verdades…

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Las más altas instancias de la administra­ción financiera del PAC fraguaban una cuantiosa estafa mientras el Partido se rasgaba las vestiduras por la ética.

Mientras el Partido

Acción Ciudadana (PAC) predicaba la necesidad deuncambio y se rasgaba lasvestidu­ras ennombre de la ética, las más altas instancias de su administra­ción financiera fraguaban una cuantiosa estafa mediante la simulación de contratos de servicios para la campaña política.

Maynor Sterling, entonces tesorero del partido, yManuelAnt­onio Bolaños, empleado de la agrupación, fueron condenados a seis y tres años de prisión, respectiva­mente, por el pretendido pago de ¢353 millones a personas que en realidad trabajaron voluntaria­mente o del todo no brindaron servicios. La suma correspond­e a los 179 contratos presentado­s al Tribunal Supremo de Elecciones cuyos firmantes pudieron ser entrevista­dos para comprobar que no recibieron pago alguno.

Hay otros 84 documentos que no fueron tomados en cuenta porque no se logró interrogar a los involucrad­os. La estafa ascendería a ¢516 millones si se constatara el engaño en esos casos y, según la apelación planteada por la Procuradur­ía General de la República, el partido debe ser condenado a pagar los ¢163 millones adicionale­s porque los contratos restantes son exactament­e iguales.

La estafa se perpetró para llenar las arcas de la agrupación política, pero solo hay dos condenados. El PAC, como partido, también fue sentenciad­o a responder de forma solidaria por los fondos públicos salidos del Tribunal Supremo de Elecciones.

Tan inquietant­e como la condena y la constataci­ón de la hipocresía de los autores del ilícito es la actitud del partido una vez concluido el juicio. El Ministerio Público solicitó al Tribunal Penal de San José iniciar una investigac­ión para establecer si la jefa de fracción Laura Garro incurrió en falso testimonio durante el procedimie­nto. Pese a la seriedad de la petición, el PAC, intolerant­e frente a los cuestionam­ientos contra terceros, decidió mantener a la diputada al frente de la bancada legislativ­a.

Más extraordin­ario aún fue el intento de pagar la condena económica con fondos públicos. El partido de la ética fue condenado a responder por una estafa contra el erario y pretende cumplir la sentencia con fondos del mismo erario. El 25 de enero, sin ruborizars­e, el partido solicitó al Tribunal Supremo de Elecciones reservar, de los fondos destinados a capacitaci­ón y organizaci­ón, los ¢353 millones necesarios para pagar la condena. La gestión fue rápidament­e rechazada, pero el intento lo dice todo.

El dinero de la deuda política es una contribuci­ón estatal al desarrollo de las actividade­s de los partidos, no un dinero al cual se tiene derecho para gastar lo discrecion­al mente. ElPAC no parece comprender lo. Eso pone en un entre dicho todavía mayor el compromiso con la ética y el discurso sobre el manejo escrupulos­o de los fondos públicos, que tienen destinos bien definidos, de los cuales no deben desviarse.

Ahora, el PAC comunicó al país su decisión de no apelar la condena, pero solo lo hizo después de sentir el rechazo por la revelación del intento de pagar la condena con fondos públicos. La renuncia a la apelación se hace con cierto tono de mea culpa, con énfasis en el “juicio justo” proporcion­ado por los tribunales costarrice­nses, pero también con la admisión de que nohay elementos para plantear una apelación. Es decir, la derrota en segunda instancia es más que probable.

En el 2012, cuando el caso de los contratos se en caminaba al Ministerio Público, elPACer amenos consciente de sus responsabi­lidades en el caso. Margarita Bol años, actual presidenta de la agrupación y entonces secretaria general, intentó dar crédito a los contratos negando la existencia del voluntaria­do en el PAC, que siempre se había vanagloria­do de la mística de sus militantes. “¿Cuál voluntaria­do? Uno no trabaja voluntaria­mente. Les dijimos: trabajen y, si podemos pagarles, les pagamos”, afirmó.

El 24 de octubre del 2012 un editorial de La Nación se refirió a esa declaració­n: “la afirmación es contradict­oria en sí misma. Según la secretaria general, nadie trabaja voluntaria­mente, pero el PAC encuentra legiones dispuestas a hacerlo por la promesa de ‘si podemos pagarles, les pagamos’”. Para verdades, el tiempo.

Las más altas instancias de la administra­ción financiera del PAC fraguaban una cuantiosa estafa mientras el partido se rasgaba las vestiduras por la ética

Tan inquietant­e como la condena penal de esos hechos y la constataci­ón de la hipocresía de los autores del ilícito es la actitud del partido una vez concluido el juicio

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