Una forma de ganar un poco de dinero con Amazon
Los proponentes del trabajo en multitud ven un mercado laboral en el que los creadores y los realizadores de tareas se encuentren en la intersección de la oferta y la demanda
La computadora me mostraba una fotografía de lo que parecía ser la reunión de un consejo escolar. Mi trabajo consistía en calificarla en una escala del uno al cinco según 23 cualidades diferentes: “patriótica”, “elitista”, “reconfortante”, etcétera.
Hice lo mismo con la fotografía de una mujer que usaba audífonos —le puse cuatro en la categoría de “competente” y uno en la de “amenazante”— y también con una imagen de cinco mujeres sonrientes que flanqueaban a un hombre sonriente que vestía una cazadora azul.
Envié mis respuestas. Miré mi reloj. Habían pasado tres minutos. Acababa de ganar cinco centavos más en un mercado laboral digital llamado Mechanical Turk, dirigido por Amazon. O por lo menos eso había creído. Semanas después, aún no estoy seguro.
Hay muchas maneras de ganar un poco de dinero en este mundo. Amazon Mechanical Turk, que ha prosperado desde 2005, en distintos niveles, en un rincón desconocido del imperio de este coloso internacional, ofrece una manera incierta, misteriosa y a menudo desquiciante de ganar muy poco dinero.
En Mechanical Turk —que lleva ese nombre por una “máquina” del siglo XVIII para jugar ajedrez en la que se ocultaba un experto humano— cientos de miles de personas ganan centavos o dólares realizando tareas que las computadoras no pueden hacer fácilmente.
Funciona así: los empleadores, conocidos como solicitadores, publican montones de lo que se define como Tareas de Inteligencia Humana (o HITs, por su sigla en inglés), en el sitio web de Mechanical Turk. Una tarea podría tratarse de transcribir un recibo, participar en un estudio o etiquetar fotografías para entrenar un programa de inteligencia artificial (a veces se muestran imágenes perturbadoras, como una decapitación).
Los trabajadores independientes, conocidos informalmente como “turkers”, se apresuran a aceptar las tareas y realizarlas, y proveen lo que Jeff Bezos, fundador de Amazon, alguna vez definió como “inteligencia artificial artificial”.
Con la mayoría de estas actividades se pagan diez centavos o menos, y hay una serie de tareas diarias con las que solo se gana un centavo.
Y lo extraño es que los trabajadores —la mayoría estadounidenses— las realizan por muchas razones distintas. Las personas se vuelven “turkers” con el fin de ahorrar para comprar una motocicleta.
La gente que está encerrada en su casa debido a una incapacidad o por un problema de ansiedad social o que vive donde hay pocos empleos lo hace porque, a pesar de los pésimos salarios, parece ser la mejor opción.
Muchos lo hacen a tiempo completo. Según una encuesta de 2016 del Centro de Investigación Pew realizada a casi 3.000 “turkers” estadounidenses, un cuarto dijo que obtenía la mayor parte o el total de sus ingresos a través de la plataforma. Más de la mitad de los “turkers” encuestados dijeron que ganaban menos de $5 la hora.
Aunque, en teoría, pareciera que se gana poco con este trabajo, en la práctica a menudo se gana menos porque MTurk, como se le conoce, es una plataforma mal hecha y deficiente en la que todos pueden participar.
Historias de terror
“Los turkers” se la pasan peleándose con los “solicitadores” debido a un rechazo injusto de diez centavos o un pago faltante de 60 centavos. Desperdician minutos respondiendo formularios defectuosos que no pueden enviarse. Abandonan cuestionarios de “diez minutos” después de media hora.
Intercambian historias de terror y advertencias en los foros de mensajes de “turkers” (“me rechazaron una tarea de $0,50”, decía un mensaje reciente, “el motivo es que no se asignaron fondos”). Dejan reseñas mordaces en Turkopticon, el sitio dirigido por “turkers” (“uso injusto y descontrolado del botón de rechazo”).
Saber cuánto ganan los “turkers” es un importante tema de debate académico, pero un artículo publicado el año pasado analizó millones de tareas realizadas por miles de “turkers”. Aunque probablemente sobrerrepresentaron a los “turkers” novatos como yo, que realizan las tareas con las que menos dinero se gana, los autores del artículo concluyeron que, si cuentas el tiempo que pasaste buscando tareas y trabajando en actividades por las que no te pagaron, el salario por hora del “turker” promedio era de $1,77.
Según hallaron los investigadores, solo el cuatro por ciento de los “turkers” ganaban más del salario mínimo federal: $7,25 la hora.
Amazon generalmente rechaza involucrarse cuando los “turkers” dicen que los solicitadores los estafan, aunque la empresa permite que los solicitadores se oculten tras alias, por lo cual es imposible rastrearlos.
La compañía ha ignorado las súplicas de los “turkers” que exigen salarios más altos, aunque esta se quede con un porcentaje de cada transacción que va del 17% al 50%; un solicitador que publique una tarea de un centavo le paga un centavo al “turker” y otro a Amazon.
Amazon incluso encuentra maneras de recortar algunos de los centavos que ganan los “turkers”, un recordatorio de los días en que a los mineros les pagaban con vales que solo podían canjearse en la tienda de la compañía. Aunque a los “turkers” estadounidenses les pueden depositar sus sueldos directamente, miles de “turkers” que trabajan en el extranjero solo tienen una manera para que les paguen sin enfrentar cargos de terceros: a través de una tarjeta de regalo de Amazon.
Aunque Amazon les paga a todos sus empleados estadounidenses por lo menos $15 la hora y está a favor de aumentar el salario mínimo, rechazó hacer comentarios acerca de la política de pagos de los “turkers” o sobre cualquier tema relacionado con Mechanical Turk.
Ahora Mechanical Turk es una de las grandes compañías del sector conocido como trabajo en multitud o microtrabajo (una empresa de trabajo en multitud, Prolific, utilizada por investigadores académicos, aplica un salario mínimo: $6,50 la hora).
Los proponentes del trabajo en multitud ven un futuro brillante, un mercado laboral sin fronteras ni superiores en el que los creadores y los realizadores de tareas se encuentren en la intersección de la oferta y la demanda. Sus detractores ven un regreso a una situación más dickensiana, donde la falta de regulación y rendición de cuentas mantiene a los trabajadores bajo las sombras y a la defensiva.
Mechanical Turk, en específico, combina la inconsistencia y la precariedad de los trabajos temporales con la tendencia de las grandes compañías tecnológicas de evadir la responsabilidad de las cosas terribles que ocurren en sus plataformas.
“Este es un gran microcosmos de lo que ocurre cuando no hay regulación alguna y los salarios caen al fondo”, dijo Kristy Milland, una antigua “turker” convertida en activista laboral y también una de las autoras del artículo en el que se analizaron las ganancias de los “turkers”.
“ESTE ES UN GRAN MICROCOSMOS DE LO QUE OCURRE CUANDO NO HAY REGULACIÓN (LABORAL) ALGUNA Y LOS SALARIOS CAEN AL FONDO”, DIJO KRISTY MILLAND, UNA ANTIGUA “TURKER” CONVERTIDA AHORA EN ACTIVISTA LABORAL.