El Financiero (Costa Rica)

Déficit fiscal: candidatos sin soluciones concretas

Ocho de trece aspirantes a la Presidenci­a creen que la reactivaci­ón económica es una de las principale­s soluciones, pero no profundiza­n en cómo lograr una mayor actividad productiva

- Manuel Avendaño A. manuel.avendano@elfinancie­rocr.com

Está claro, los candidatos a la Presidenci­a, al igual que sus partidos políticos, no lograron ponerse de acuerdo sobre la forma y el fondo que debe tener una reforma fiscal en Costa Rica.

Esas diferencia­s, que han marcado el fracaso de los proyectos fiscales en el Congreso, durante 17 años hicieron que los aspirantes a Zapote agregaran propuestas e ideas en su oferta política.

Reactivar la economía, crear nuevos empleos y optimizar la inversión social que hace el país, se convirtier­on en planes para reducir el déficit fiscal.

Así se desprende de una revisión hecha por EF de los 13 programas de gobierno de los candidatos presidenci­ales. Incluso, algunos de ellos hablaron sobre estas iniciativa­s en los debates organizado­s por el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) los pasados 7 y 8 de enero. k Vea¿Cómoreduci­r el déficit fiscal”.

Los 13 pretendien­tes de la silla presidenci­al entendiero­n que hablar de un impuesto al valor agregado (IVA) con una tasa que aumente del 13% al 15% y de modernizar el tributo de renta, no son temas atractivos para atraer votos.

Algunos pagan el precio político de estas propuestas, como Carlos Alvarado, del Partido Acción Ciudadana (PAC), quien fue el único candidato que dijo abiertamen­te en el debate del TSE, que es necesario aumentar los ingresos tributario­s con reformas al IVA y al tributo sobre la renta.

En cambio, Otto Guevara, del Movimiento Libertario (ML), se opone a la idea de “nuevos impuestos” y cuando habla sobre el tema impulsa una reducción de la tasa del IVA al 10%.

¿Pero cómo podría una reactivaci­ón económica acabar con el déficit fiscal?, ¿es posible?, ¿se requieren nuevos impuestos?

Las respuestas a estas preguntas vienen de los propios planes de quienes quieren gobernar el país para el periodo 2018-2022.

El enigma de la reactivaci­ón

La literatura económica define una reactivaci­ón como el proceso de mejorar los indicadore­s de un país luego de que estuviera sumergido en una crisis.

Es cierto que Costa Rica está a las puertas de una crisis fiscal, un escenario que ya fue advertido por organismos internacio­nales, calificado­ras de riesgo y el propio Ministerio de Hacienda.

Ocho de los trece candidatos presidenci­ales creen que la reactivaci­ón económica es la ruta para reducir el déficit fiscal.

Por supuesto, también integran en sus propuestas otros componente­s como contener el crecimient­o del gasto público, mejorar la recaudació­n tributaria y luchar contra la evasión y elusión fiscal.

Entre las acciones para una reactivaci­ón económica, citan –porque en muchos casos no explican cómo lo harán– la generación de nuevos empleos.

Antonio Álvarez Desanti, del

Partido Liberación Nacional (PLN), ofreció 150.000 nuevos puestos de trabajo, mientras que Rodolfo Piza, del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), prometió 200.000 nuevas plazas.

Cifras bastante tentadoras para un país con una tasa de desempleo del 9,4% en 2017.

Juan Carlos Hidalgo, analista de políticas públicas para América Latina del Instituto CATO, considera que las dos metas son insuficien­tes para el país.

“Se necesitan más de 150.000 empleos si uno quiere reducir de una manera significat­iva el desempleo en Costa Rica, que es un indicador alto”, apuntó.

Algunos aspirantes presidenci­ales como Rodolfo Hernández, del Partido Republican­o Social Cristiano (PRSC), y Mario Redondo, de Alianza Demócrata Cristiana (ADC), apostaron por la reactivaci­ón económica en varios postulados de su programa de gobierno, pero no explican cómo la van a ejecutar.

La recta final de las elecciones se acerca, por esa razón los debates televisado­s y las actividade­s públicas cobran mayor relevancia para quienes todavía no han tomado una decisión.

El hecho de que unos candidatos pronuncien un juego de palabras que suena fuerte y bonito, como lo es reactivaci­ón económica, no quiere decir que expliquen las acciones para lograrlo. Ese es el verdadero reto.

La profecía del desacuerdo

Lo que está pasando en esta campaña ya se ha visto antes.

Programas de gobierno donde aparecen propuestas económicas tan variadas como suspender el pago de la deuda o aprobar un incremento en el IVA.

El abanico de ideas y planes es tan grande que el elector termina perdiéndos­e entre postulados.

Los candidatos ofrecen simplifica­ción tributaria, transforma­r impuestos, cobrar mejor los que ya existen, recortar gastos y mejorar el uso del dinero público.

Al final, la fragmentac­ión en el plenario legislativ­o y la inminente agenda de tiempos políticos van destrozand­o sin piedad las propuestas de los candidatos una vez que asumen el poder.

Quizá el próximo Congreso tenga más variedad ideológica y las 57 curules se dividan entre más agrupacion­es políticas. Es casi una profecía.

Es entonces cuando cobra relevancia poner atención a las propuestas de los candidatos presidenci­ales en sus programas de gobierno, ya que es en esos documentos donde se encuentra la línea partidaria.

Es previsible pensar que el próximo plenario también se enfrascará en discusione­s ideológica­s y políticas sobre la convenienc­ia de aprobar un aumento en los impuestos o no hacerlo.

Cuando Piza o Guevara afirman que primero hay que recortar gastos antes de hablar de nuevos tributos, entonces el elector puede entender que esa será la posición de su futura bancada.

Las palabras de quienes aspiran llegar a Zapote no solo explican propuestas en caso de un eventual gobierno, también dictan el camino de su partido en la próxima Asamblea Legislativ­a.

En este punto es responsabi­lidad de cada votante saber que Óscar López, del Partido Accesibili­dad Sin Exclusión (PASE), y Stephanie Campos, del Partido Renovación Costarrice­nse (PRC), no tienen propuestas claras en sus planes de gobierno para atacar y reducir el déficit fiscal.

Fabricio Alvarado, de Restauraci­ón Nacional (PRN), apuesta por una agenda muy enfocada en el Congreso, con una propuesta de negociar un plazo de contingenc­ia fiscal de seis meses.

En tanto, Jhonn Vega, del Partido de los Trabajador­es (PT), quiere congelar el pago de la deuda y castigar con mano dura la evasión fiscal.

En la política hay que leer entre líneas, lo que hoy proponen los candidatos puede convertirs­e en una solución o en un obstáculo para superar el déficit fiscal en el futuro.

Cada uno decide cuando marca con una equis la papeleta.■■

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