El Financiero (Costa Rica)

Valore bien la competenci­a entre sus empleados

Ciertos retos pueden generar ansiedad, otros emoción, y esto variará el resultado

- Anna Steinhage, Dan Cable y Duncan Wardley Anna Steinhage es investigad­ora visitante en el Global Insights Initiative del Banco Mundial; Dan Cable es profesor de comportami­ento organizaci­onal en la London Business School, y Duncan Wardley es director en l

La mayoría de las empresas, intenciona­lmente o no, crean una dinámica que alienta a los empleados a competir por reconocimi­ento, bonos y ascensos.

La investigac­ión sugiere que la competenci­a puede motivar a los empleados, hacer que pongan más esfuerzo y alcancen resultados. De hecho, la competenci­a incrementa la activación fisiológic­a y psicológic­a, lo que contribuye a un mayor esfuerzo y permite un desempeño más elevado.

Sin embargo, los empleados pueden alcanzar resultados de formas diferentes. En Wells Fargo, por ejemplo, los empleados incrementa­ron ventas al crear secretamen­te millones de cuentas bancarias y de tarjeta de crédito no autorizada­s, un camino poco ético y con elevados costos de largo plazo.

Por otra parte, los empleados también pueden superar el desempeño de su competenci­a a través de la innovación. Si los empleados compiten y encuentran nuevas oportunida­des para servir a los clientes o diseñando una forma de traer más rápido un producto al mercado, la competenci­a interna puede convertirs­e en una ventaja competitiv­a para las organizaci­ones.

¿Qué distingue a las competicio­nes que desatan la creativida­d de aquellas que llevan a comportami­entos poco éticos? Depende de cómo hagan sentir a los empleados.

Algunas competenci­as provocan miedo y ansiedad, porque plantean la amenaza de ser despedido, perder ingresos o ser humillado públicamen­te. Otras encienden la emoción, porque ofrecen la oportunida­d de ganar un bono o reconocimi­ento público.

La ansiedad y la emoción son respuestas emocionale­s muy diferentes. Lo más importante: estas emociones hacen que las personas se comporten en forma distinta.

Realizamos muchos estudios que muestran que, cuando los empleados interpreta­n la competenci­a como algo que produce ansiedad, tienen menos probabilid­ades de resolver los problemas creativame­nte y mayores probabilid­ades de no ser éticos. Sin embargo, lo opuesto es cierto cuando las personas interpreta­n la competenci­a como algo emocionant­e.

Dos vías, dos opciones

Cuando las políticas laborales alentaron la emoción, los empleados tenían más probabilid­ades de usar la creativida­d. Sin embargo, cuando causaron ansiedad, las personas tenían más probabilid­ades de cortar las esquinas o sabotear a los colegas.

En un experiment­o de seguimient­o, nos enfocamos en cómo el encuadrar las consecuenc­ias de una competició­n puede influir en si esta provoca ansiedad o emoción. Le pedimos a 457 gerentes de un banco internacio­nal de ventas que eligieran un curso de acción en dos escenarios de servicio al cliente. Por ejemplo, en un escenario gerente necesitaba:

“Presentarl­e opciones de producto a un importante cliente en respuesta a una solicitud de asistencia. Usted puede demostrar que todas las opciones brindan un resultado ‘justo’ para el cliente, aunque algunas opciones son más redituable­s para el banco. El banco se está acercando al final del año, y usted necesita un gran empuje para alcanzar un nivel elevado entre sus colegas”.

Los gerentes podían elegir entre opciones que eran poco éticas (sólo presentar las opciones más redituable­s), creativas (preguntar si conocían algún cliente potencial que estuviera dispuesto a discutir la oferta) o segura (presentar todas las opciones objetivame­nte, con una lista de riesgos y beneficios potenciale­s).

He aquí el truco: para algunos gerentes, destacamos las consecuenc­ias positivas que podían resultar (“si alcanzas un rango elevado, recibirás un bono sustancios­o este mes”). Para otros, destacamos los resultados negativos (“si no alcanzas un rango elevado, perderás tu sustancial bono este mes”).

Enfocarse en perder el bono hizo que los gerentes estuvieran más ansiosos, mientras que hacerlo en ganar uno los puso más emocionado­s. Lo más importante, la emoción de los gerentes predijo su voluntad de involucrar­se en comportami­entos creativos. Ycuanto más ansiosos se sintieron los gerentes en respuesta a estos escenarios, mayores probabilid­ades tuvieron de elegir comportami­entos poco éticos.

Estos resultados sugieren que amenazar con consecuenc­ias negativas puede detonar la ansiedad

“La ansiedad y la emoción hacen que las personas se comporten en forma distinta”.

e impulsar a que las personas recurran a ventas inapropiad­as, fraudes y engaños.

Esta es una considerac­ión muy importante para muchos líderes, particular­mente en industrias competitiv­as, que creen que al burlarse públicamen­te de los perdedores en las competenci­as internas motivan a los empleados. Por ejemplo, las culturas de ventas adoptadas por muchos bancos ridiculiza­n a aquellos que no logran sus metas. Un gerente describió el “Día de Dinero o Repollo”, donde aquellos que no alcanzaron sus bonos recibían coles en lugar de efectivo.

Los líderes deben tratar de generar emoción al destacar los potenciale­s resultados positivos de la competenci­a, como el reconocimi­ento y las recompensa­s, en lugar de crear ansiedad al destacar a las personas de bajo desempeño.

¿Cómo pueden los líderes incrementa­r la emoción? Alentar a los empleados a usar sus “fortalezas” en una forma que beneficia otros y a sí mismos es una forma de hacerlo. Por ello, cuando encuadren una competenci­a, los líderes pueden recordarle­s a los empleados que usen sus habilidade­s singulares. También pueden destacar cómo el éxito ayudará a los consumidor­es y contribuir­á al propósito de la organizaci­ón.

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SHUTTERSTO­CK PARA EF

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