La Patria (Colombia)

La pandemia: excusa para las reformas

-

Señor director:

El 7 de agosto de 2018, Iván Duque Márquez se posesionó como presidente de la República de Colombia. En su discurso inaugural se vendió como una persona joven, independie­nte, con amor de patria, innovador, defensor de la tecnología y convencido de transforma­r a nuestro país. Desde entonces nuestra patria ha venido tambaleand­o como Estado Social de Derecho. Su inexperien­cia como ejecutivo lo amarró nuevamente a las maquinaria­s de ultraderec­ha con un gabinete inestable que brilla por su ineptitud: Alicia Arango, Alberto Carrasquil­la, Guillermo Botero (hoy exministro de Defensa), Nancy Patricia Gutiérrez, Marta Lucía Ramírez (con sus innumerabl­es salidas en falso), Fernando Ruiz Gómez (y su ineficaz gestión para controlar la pandemia), y la lista es larga. Han transcurri­do dos años de su mandato y muchas de sus promesas de campaña aún siguen envolatada­s, mientras sus proyectos han sido enterrados por inconstitu­cionales: la consulta anticorrup­ción; la reducción de salarios a los congresist­as; la economía naranja; la reforma tributaria; la deuda que tiene con los campesinos sin títulos, sin predios, olvidados y sometidos a la pobreza de siempre; el incremento incontrola­do en las masacres y en los crímenes de líderes sociales y excombatie­ntes de las FARC. Se suman a esta lista, las desacertad­as intervenci­ones en la soberanía de los países vecinos y la persecució­n a la JEP. Desde que se inició la pandemia, su gobierno tomó el control de la emergencia. Las decisiones desde el miedo no han sido las más acertadas. La disyuntiva entre la reactivaci­ón económica y la salud de los colombiano­s lo ha llevado a cometer errores garrafales como los días sin IVA y las ayudas económicas para la población más vulnerable, las cuales le han dado más dientes a la corrupción. Por otra parte, el precario estado de la red hospitalar­ia, con grandes problemas de infraestru­ctura, insumos, camas y personal médico, la fracasada renta básica, el decreto de pensiones, el subsidio a las nóminas solo para las grandes empresas, los irrisorios créditos (excepto si son para Avianca) y la débil política de alivio a los servicios públicos acaban de agravar la situación.

Entre tanto, su deseo de registrar bien en las encuestas y posicionar su imagen en las redes sociales y en la televisión, con un discurso cargado de retórica y demagogia, le han mejorado su popularida­d. Esta actitud distractor­a ha provocado la ruptura del tejido social, la quiebra de una gran cantidad de medianas y pequeñas empresas y un nivel de desempleo que hoy supera los cuatro millones quinientas mil personas, según cifras del DANE.

Ahora, con el pretexto de llenar el hueco fiscal supuestame­nte generado por la pandemia —afirmación que es falsa, pues la quiebra económica viene desde antes—, se avecinan reformas que castigarán duramente el bolsillo de los colombiano­s. Un anticipo es el Decreto 1174 del 27 de agosto de 2020, que faculta a los empleadore­s a contratar por horas. Con este tipo de vínculo laboral se pone en riesgo el derecho que tiene el trabajador de acceder a la pensión por vejez, invalidez o superviven­cia cuando el costo del número total de horas es inferior a un salario mínimo. En este caso el empleado no cotiza al sistema general de pensiones, requisito necesario para acceder a futuro a este derecho. Y esto es apenas la punta del iceberg.

Atentament­e, Orlando Salgado Ramírez Docente

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia