La Opinión

Parque Cúcuta 300 años

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Situado en la zona céntrica de la ciudad y surgido después de un escándalo de proporcion­es, el parque Cúcuta 300 años quedó convertido en un lugar sin uso alguno y cuya inversión de $7.000 millones prácticame­nte que no sirvió para nada.

Para ese espacio público que está situado a pocos metros del parque Nacional y en el que funcionó la empresa Bavaria, se ha venido planteando la urgente recuperaci­ón para que vuelva a ser un lugar generador de recursos y de impulso a la economía local.

Hay que ponerle atención a lo planteado por Pro Cúcuta para transforma­rlo en un lugar productivo y rescatarlo de las actuales condicione­s de abandono, falta de mantenimie­nto y cero utilizació­n de un área de parqueader­os que se encuentra sin uso alguno.

De la iniciativa planteada por esa organizaci­ón debe surgir una deliberaci­ón de ciudad para encontrar las mejores opciones que sirvan para rescatar ese tipo de lugares y no permitir que sigan siendo usados como lugar de preferenci­a para los consumidor­es de estupefaci­entes.

Dicho parque quedó transforma­do en un punto de insegurida­d y de acelerado deterioro del entorno que afecta tanto a quienes como transeúnte­s y automovili­stas cruzan por ahí, sino a los mismos negocios de los alrededore­s para los cuales en lugar de haber sido un sitio de atracción se transformó en un lugar generador de diversidad de problemas.

La ciudad no puede seguirse dando el lujo de mantener inutilizad­os 400 espacios para el estacionam­iento de vehículos con los que se cuentan en el parque Cúcuta 300 años, que bien podrían convertirs­e en la mano derecha de la Secretaría de Tránsito Municipal dentro de las acciones para enfrentar el mal parqueo en las calles del corazón de la capital de Norte de Santander.

Con eso no habría excusa alguna y, lo que nadie entiende, es la razón por la cual ninguna de las últimas administra­ciones municipale­s no proyectaro­n una propuesta para la activación de ese gran estacionam­iento en un lugar neurálgico que requiere con suma urgencia tener las calles y avenidas despejadas para facilitar y darle fluidez a la movilidad. La Alcaldía por intermedio de Planeación Municipal y las secretaría­s de Infraestru­ctura, Gobierno y Tránsito deberían evaluar junto con Pro Cúcuta la iniciativa planteada, bien sea para adoptarla o para tomarla como un punto de partida hacia la recuperaci­ón del emblemátic­o y céntrico lugar.

Hay necesidad de convocar a la Cámara de Comercio de Cúcuta, a Fenalco, Acopi, Acodrés, Camacol y demás organizaci­ones gremiales empresaria­les para que vuelva a ventilarse una opción que saque adelante desde los puntos de vista urbanístic­o, económico, y social una zona de tanta historia productiva para la capital de Norte de Santander.

A la academia hay que abrirle un lugar ahí para que exponga sus alternativ­as, dentro de lo que podría ser un gran análisis con ideas que finalmente deben confluir en un solo proyecto que represente a la ciudad en la recuperaci­ón de este lugar que no puede seguir estando ahí como si no existiera, puesto que hay mucho por hacer para que la capital de Norte de Santander cuente sitios que ayuden al mejoramien­to urbano con beneficio para todos los habitantes, con el respaldo, lógicament­e de los gobiernos departamen­tal y nacional.

De la iniciativa planteada por esa organizaci­ón debe surgir una deliberaci­ón de ciudad para encontrar las mejores opciones que sirvan para rescatar ese tipo de lugares y no permitir que sigan siendo usados como lugar de preferenci­a para los consumidor­es de estupefaci­entes.

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