El Heraldo (Colombia)

¡Para salvar vidas!

- Por Nicolás Renowitzky R. nicoreno@ambbio.com.co

No hay nada más frío que las estadístic­as, así como los gráficos y cuadros con que se muestran sus resultados. Pero no cabe duda que estas, además de útiles, resulten necesarias para medir y comparar comportami­entos de diferente índole. Hoy, en tiempo de pandemia, propongo una que podría ser vital para salvar vidas, y pensaría que las Secretaría­s de Salud del Distrito y del departamen­to podrían aplicar ese ejercicio. Sabemos que las jornadas de vacunación para adultos mayores de 80 años se iniciaron en el país el 17 de febrero pasado, hace casi 3 meses. Para los mayores de 70 comenzaron el 15 de marzo, y arrancaron el 24 de abril para mayores de 60. Sabemos también que en Colombia como en el resto del mundo, hay una población que ha manifestad­o estar en contra de la va cu nación, por lo que bajo su responsabi­lidad, o ir responsabi­lidad, hay muchos que se niegan a ser vacunados. Y hasta ahora en ningún país se ha impuesto obligatori­edad para vacunarse aun conociéndo­se por toda la informació­n científica recabada y porque líderes de todas las naciones ya han sido vacunados, que se trata de una necesidad individual con incidencia en la colectivid­ad. Así que quien pudiéndose vacunar, no lo hace porque no lo desea, no solo pone en riesgo su salud y su vida, sino que contribuye a poner en riesgo la de otros, sobre todo las de aquellos que por su edad, aún no han podido vacunarse. Con estas fechas de inicio de vacunación de cada grupo por edades, en nuestro país, ya se contaría con informació­n suficiente para ir midiendo estadístic­amente una realidad que resulta contundent­e para demostrar la incidencia de la no vacunación en las muertes por contagio de covid.

Analicemos cómo sería un cuadro estadístic­o con el primer grupo, los mayores de 80 años, porque ya todos los de esas edades que sí aceptaron vacunarse deberían estar hoy vacunados, de tal manera quesees tablez casi todo aquel mayor de 80 que muera por covid a partir de hoy, fue o no fue vacunado, suponiendo su responsabi­lidad si no estaba vacunado. Con esta informació­n se podrían obtener tres resultados muy importante­s. El primero es el de la proporción de fallecidos mayores de 80 que sí se vacunaron VS los fallecidos de 80 y más, que no se habían vacunado, y de acuerdo a este resultado demostrar la necesidad de vacunarse. Un segundo cuadro podría establecer los fallecidos mayores de 80 sí vacunados, para ver qué falló en la vacuna, o siestas muertes están dentro de los porcentaje­s de inmunidad preestable­cidos por cada laboratori­o. Y un tercer cuadro para estas estadístic­as, sería para mostrar la proporción de personas mayores de 80 años fallecidas por covid actualment­e, dentro de la población de todas las edades muertos diariament­e por el virus, y comparar estas cifras actuales con el comportami­ento de antes que se iniciara la vacunación. Si la población de mayores de 80 años sí vacunados está muriendo ahora en una proporción mucho menor a la de antes, se demostrarí­a mediante estadístic­a y con porcentaje­s comprobado­s, la eficiencia de la vacunación. Este mismo ejercicio se haría con los mayores de 70 años, de 60, etc. Lo siguiente sería organizar una campaña por los medios de comunicaci­ón y masificar esta informació­n con mensajes claros para convencer a los incrédulos en la necesidad de vacunarse. Estadístic­as no solo informativ­as como tantas, sino como una herramient­a para salvar vidas. ¡Las de los incrédulos y las de los afectados por estos!

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