Tips para amar tu cuerpo, según Laura Romero
La ‘coach’ barranquillera, fundadora de ¡Qué Buena Salud!, comparte en su libro ‘Tu cuerpo te ama’, su experiencia para ayudarte a reconciliarte con el lugar más sagrado que habitas.
La celulitis, esos pequeños hoyuelos que se asoman en nuestra piel, que juegan subiendo y bajando por nuestros glúteos, tenían obsesionada a Laura Romero cada vez que se miraba al espejo. Simplemente no los quería allí. Y ella, aunque tuviese tres millones quinientos mil virtudes (por decir un número), se fijaba en aquello que no le gustaba de su cuerpo. “Gastaba mucha energía en intentar eliminarlas”, confiesa.
Esa pelea constante con ella misma la transportaba a un lugar mucho menos sano que el descontento con su propio cuerpo: la comparación, una “guerra perdida”.
Ahora Romero, coach en alimentación holística y autora de Tu cuerpo te ama (Editorial Diana), le devuelve la pregunta a los miles de seguidores de ¡Qué Buena Salud!, una red que invita al amor propio
y al autocuidado. Cuando alguien le cuenta que se siente “demasiado gorda” o “muy flaca”, Romero le cuestiona: ¿Muy flaca con respecto a quién?”.
“El error número uno es creer que nuestro cuerpo es una prisión y que nos define, que valemos más o menos si estamos gordas o delgadas, si tenemos o no celulitis. Sufrimos mucho también porque nos comparamos. En vez de medirnos con la regla de alguien más, podríamos enfocarnos en nosotros mismos”, dice.
En su libro, esta conferencista y podcaster comparte su experiencia de autoconocimiento e invita a reconciliarnos con el cuerpo, el lugar más especial que alguien podría habitar. Su mensaje es claro: “tu cuerpo no está aquí para arruinarte la vida”. Por eso, su invitación es a buscar la reconciliación.
¿Cómo hacerlo? La clave para Romero es cambiar las preguntas que nos hacemos sobre el cuerpo. Pasar de “cómo se ve” a “cómo se siente”.
“Es importante preguntarnos si nuestro cuerpo está sintiendo placer, si me permito comerme un chocolate que me gusta o si, por lo contrario, aunque tenga ganas de entrar al mar no lo hago porque siento que tengo kilos de más. Por qué tendríamos que negarle ese placer a nuestro cuerpo, que quiere sentir el agua y el calor del sol”, asegura. Continuar peleados con el cuerpo, advierte Romero, repercute directamente en la forma cómo la persona se relaciona con el mundo. Esto es, en cómo se entablan las relaciones, se conversa con alguien o se habita un determinado espacio.
“Mi contacto con el mundo lo tengo con mi cuerpo. Si no me se habitar con él, no se habitarme con la vida”, dice la coach nutricional.