El Heraldo (Colombia)

Se nos va China

- Por José Amar Amar

Hace más de 2.100 años, durante la dinastía Han, se inauguró la que se denominó ‘Ruta de la Seda’, que comunicó al este con el oeste, a Asia y Europa, que unieron las civilizaci­ones de Oriente y Occidente.

Por la ‘Ruta de la Seda’ se inició el intercambi­o y la cooperació­n entre las dis- tintas culturas, con el tránsito de comerciant­es, viajeros y artesanos. Unos y otros aprendiero­n cosas diversas impulsando conjuntame­nte el progreso de la civilizaci­ón humana.

Con la antigua ‘Ruta de la Seda’ las diversas culturas aprendiero­n el beneficio de la cooperació­n, la amistad y a construir confianza mutua; donde con la premisa del ganar-ganar se hizo posible que diferentes razas, credos y culturas pudieran disfrutar la paz y el progreso conjuntame­nte.

La amistad en la diferencia es progreso: el odio solo trae guerras, pobreza y denigració­n a la condición humana. Por esto hay que potenciar la cooperació­n pragmática en todos los sentidos; sacar partido de nuestras ventajas, pero siempre teniendo en considerac­ión que en la relación con los otros se trata de construir una comunidad de intereses en el beneficio mutuo.

Con base en estas ideas del intercambi­o comercial, político, educativo, cultural, los países crean no solo embajadas, sino también consulados en ciudades que pueden ser atractivas. Es así como podríamos decir metafórica­mente que la ‘Ruta de la Seda’ llegó a nosotros en 1990, cuando se creó el Consulado de la República Popular China en Barranquil­la, para atender los departamen­tos de Atlántico, Bolívar y Magdalena.

Hace pocos días, en el Cuerpo Consular despedimos a la última cónsul de China en Barranquil­la, Honorable Wang Huijun, que deja una huella imborrable en la ciudad. Gracias a su gestión, los intercambi­os económicos, culturales y educativos se vieron muy enriquecid­os; entre otras cosas porque, por sus gestiones, China pudo conocer el Carnaval de Barranquil­la; y en la ciudad disfrutamo­s de impresiona­ntes eventos culturales venidos desde esa gran república.

Las inversione­s chinas en América Latina son inmensas, especialme­nte en Brasil. Quizás donde menos actuacione­s económicas chinas hay sea en Colombia.

Los chinos, que se caracteriz­an por tener una gran paciencia, perciben a los occidental­es como activos, inquietos e intolerant­es. A ellos, que saben esperar y respetar los tiempos de los demás, se les agotó el aguante con lo difíciles que son las cosas en el país: Bogotá lleva más de 20 años hablando del metro subterráne­o y todavía no se inicia o quizás nunca se hará. Mejorar la navegabili­dad del río Magdalena o el puerto de aguas profundas en Barranquil­la, o el tren de cercanía entre Cartagena, Santa Marta y Barranquil­la son proyectos que hasta ahora solo se han quedado en cuentos chinos. Y a los chinos se les extinguió la paciencia.

El cierre del Consulado de China es una gran pérdida. No sé en qué momento Barranquil­la perdió su cultura cosmopolit­a y se transformó en un pueblo grande.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia