Campo minado
Taches por doquier, cámaras de detección electrónica a tutiplén, buses que irrespetan los semáforos, carros mal estacionados, motos transitando por el andén, carros de mula, carretas y bicicletas en contravía, peatones que se atraviesan y hasta perros callejeros en plena vía. Toda esta serie de obstáculos le dan a las calles de Barranquilla un aspecto de campo minado, difícil de transitar. Afortunadamente el nuevo secretario de Movilidad ha tenido un gran acierto al poner a dirigir el tráfico a los orientadores de movilidad, que están haciendo una buena labor y se nota una gran mejoría en el flujo vehicular desde cuando dichos señores empezaron a laborar. Pero considero excesivo y enervante el número de cámaras de detección electrónica que hay, y se siguen instalando en la ciudad. Hay sitios donde se justifican, pero en otros solo sirven para retardar el tráfico innecesariamente y ponen en riesgo la integridad personal, cuando se ubican en zonas de alta peligrosidad, donde no es prudente respetar un mínimo de velocidad. Igualmente, en zonas muy congestionadas. No se puede estar pendiente de la aparición de una cámara y al mismo tiempo tener que esquivar buses, carros, bicicletas y hasta vacas que se atraviesan en la vía. Es por ello que muchas de las multas que imponen estas cámaras son injustas y tan onerosas que afectan el bolsillo de los ciudadanos. En vez de tantas cámaras punitivas, sería preferible aumentar el número de orientadores bien capacitados, para que cumplan la misma misión. Con ello se estarían generando nuevos empleos, que tanta falta nos hacen, y estaríamos educando con más firmeza y solidez, por las buenas y no con multas tan onerosas, que no se compaginan con los ingresos del común de la ciudadanía.