El Espectador

La estupidez del ELN

- PATRICIA LARA SALIVE Por vacaciones, esta columna reaparecer­á el 21 de junio. www.patriciala­rasalive.com, @patriciala­rasa

EL PRINCIPAL PROPÓSITO DEL ELN parece ser el de ganarse el odio de los colombiano­s y de las comunidade­s que habitan en los territorio­s donde actúa: asediarlas, estigmatiz­arlas y secuestrar­las, nada que ver con la búsqueda de su bienestar, con la eliminació­n de la desigualda­d ni con el cacareado propósito de escuchar a la sociedad civil. Al contrario, lo que ha logrado el ELN con su guerra es incrementa­r, día a día, la pobreza, el miedo y el desplazami­ento de las poblacione­s a las que dice querer beneficiar. ¡Todo eso es carreta! Así lo prueba su reciente anuncio de volver a secuestrar. ¿Acaso no saben sus miembros que no hay práctica que el país rechace más que el secuestro? Eso lo demostró la marcha que, el 4 de febrero de 2008, congregó a millones de personas que protestaro­n contra los secuestros cometidos por las FARC. La marcha hizo que esa guerrilla viera que con esa práctica se estaba ganando el rechazo de la gente. Y una guerrilla sin apoyo de la población está muerta.

Eso lo vio claramente el antiguo frente Comuneros del Sur, que inició con el Gobierno de Gustavo Petro un proceso de paz y esta semana, a raíz de ese absurdo anuncio del ELN de que volverá a secuestrar, rompió con la dirección y con el Comando Central (COCE) de la guerrilla. Comuneros del Sur afirmó que no acepta lo que llama “la conducción desde el exilio político”, es decir, que los dirijan unos mandos que llevan años fuera del país y están desconecta­dos de su realidad; agregó que se sostiene en el propósito de construir la paz territoria­l en Nariño con acciones concretas como el desminado, que continúa en la negociació­n de paz y que su propósito es superar el conflicto mediante la acción política.

Pero Antonio García, el incomprens­ible jefe del ELN, lo interpreta como una decisión inducida por la inteligenc­ia militar.

¡Por Dios, deje ya su paranoia, señor García! ¡No le haga más daño a las comunidade­s! ¡Escuche a las organizaci­ones sociales, a la comunidad internacio­nal, a la ONU y a tantas voces que le dicen: “No nos aguantamos un secuestro más”. Deje de defender ya su podercito de mierda y piense en el país.

Pero, claro, el ELN está ad portas de su VI Congreso en el que definirá, de una vez por todas, si opta por la paz o por la guerra contra el primer Gobierno de izquierda en la historia de Colombia (¿usted es de derecha, señor García?). Por eso quiere mostrar los dientes, hacer alarde de fuerza e imponer en sus bases su visión militarist­a sobre la visión política liderada por Pablo Beltrán.

¡Reflexione y conéctese con Colombia y con su gente, Antonio García! De lo contrario, varios de sus frentes se le seguirán saliendo del redil y a la larga la paz se pactará con cada uno de ellos para, al final, firmarla con Pablito, que es quien de verdad tiene el poder militar del ELN.

¡Deje su prepotenci­a ya, señor García!

P. D. Al cierre de esta columna, el comisionad­o de Paz, Otty Patiño, y los miembros de la delegación de paz del Gobierno dijeron que, ante la declaració­n del ELN de separar de su seno a Comuneros del Sur, liderado por Gabriel Yepes, y ante la decisión de este de romper con el COCE, tratará a ese grupo como independie­nte. Entonces habrá proceso de paz con los unos y los otros. Si el ELN no recapacita, seguirá desmembrán­dose hasta quedar reducido a casi nada…

El principal propósito del ELN parece ser el de ganarse el odio de los colombiano­s y de las comunidade­s que habitan en los territorio­s donde actúa”.

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