El arte comprometido para preservar la memoria histórica
El arte comprometido, a través de diferentes formas de expresión, incita a la reflexión sobre temáticas delicadas, enfocándose también en los aspectos más emocionales y humanos.
Son muchas las obras artísticas que abordan la violencia que caracterizó el terrorismo de estado de la década de los 70 en Argentina y, entre ellas, me gustaría destacar el poder comunicativo de una en particular: “El Mudo”, del escultor argentino Juan Carlos Distéfano, expuesta en el Museo Nacional de Bellas Artes en Buenos Aires.
Esta obra, que representa a un hombre sacando su cabeza de un cubo de agua, es una denuncia directa contra uno de los métodos de tortura más terribles, que se convertiría en uno de los más usados en los centros de detención argentinos durante la dictadura militar de 1976/83: el “submarino”. Esta brutal e inhumana tortura implica la simulación de ahogamiento de un individuo: la víctima es inmovilizada en una posición inclinada, tal y como nos muestra la escultura; luego, se sumerge su cara en un balde de agua.
En mi opinión, uno de los aspectos que más llama la atención es que la obra permaneció exhibida también durante los años de la dictadura de Videla, una época caracterizada por una intensa censura. Sin embargo, logró trascender las barreras de la represión, a pesar de ser una denuncia manifiesta: si bien relativa a un período anterior, consiguió denunciar en una época en que todo arte se silenciaba. Esto resalta aún más su importancia artística y su capacidad de salvaguardar la memoria colectiva.
Me gustaría destacar también otra escultura de Distéfano: “Procedimiento”, de 1972, otra obra que representa un método de tortura extremadamente brutal característico del gobierno militar argentino que se instaló en 1966. Es la representación de un cuerpo contorsionado a causa de los espasmos provocados por la tortura con picana eléctrica, que también fue usada ampliamente durante la dictadura de Videla. Ambas obras de arte nos enseñan que el arte comprometido sirve como herramienta de denuncia social que no solo contribuye a forjar una consciencia colectiva, sino que también actúa como testimonio vivo de la historia real de un pueblo, con sus horrores y atrocidades, para que no se olvide lo que pasó y no vuelva a suceder.