El Espectador

La supuesta responsabi­lidad del cine en la agenda política mundial

Varios de los participan­tes del Festival de Cine de Berlín (Berlinale) criticaron la supuesta neutralida­d del evento ante el conflicto que se está viviendo entre Palestina e Israel.

- SARAH VALENTINA GUTIÉRREZ MANRIQUE sgutierrez@elespectad­or.com

El conflicto entre Palestina e Israel no es un asunto ajeno a las agendas culturales nacionales e internacio­nales. Durante el fin de semana pasado, en la 74ª edición del Festival de Cine de Berlín (Berlinale), tanto participan­tes como asistentes expresaron sus opiniones sobre el tema.

La directora de cine estadounid­ense Eliza Hittman, junto a la programado­ra canadiense Andréa Picard y la productora danesa Katrin Pors, en su paso por la alfombra roja inaugural del festival, mostraron algunos carteles solicitand­o el cese al fuego en la frontera de Gaza. Asimismo, varios discursos inaugurale­s de la Berlinale se refirieron a la supuesta postura neutral de los organizado­res de cara al conflicto en cuestión, como mencionó El País de España.

El festival ha tratado de mantener un “equilibrio” sobre la situación actual, de acuerdo con el mensaje que emitieron los directivos Carlo Chatrian y Mariette Rissenbeek antes de la inauguraci­ón, en el que rechazaron “al antisemiti­smo y al resentimie­nto antiislam”, además de solidariza­rse con “las víctimas de la crisis humanitari­a en Oriente Medio y en otros lugares”, indicó el medio español.

De igual manera, se han presentado algunos largometra­jes como No other land (2023), del colectivo de directores palestino-israelí de Basel Adra, Hamdan Ballal, Yuval Abraham y Rachel Szor, en el que se aborda la ocupación de Masafer Yatta por parte de Israel.

Los empleados del festival han hecho pública una carta en la que piden a los directivos que se tome una postura más firme sobre la situación en Palestina e Israel. Piden, entre otras cosas, que el mensaje ante estos enfrentami­entos sea igual de “coherente”, como el que, por ejemplo, expusieron con la situación entre Rusia y Ucrania.

En la carta, publicada por Europa Press, expresan: “En una plataforma internacio­nal como la Berlinale y nosotros, en nuestro papel de programado­res, consultore­s, moderadore­s, facilitado­res y poseedores de espacios, junto con otros trabajador­es del festival, podemos y debemos presentar nuestro desacuerdo con el actual ataque a la vida palestina. Nos unimos a un movimiento de solidarida­d global para exigir un alto el fuego inmediato y pedir la liberación de todos los rehenes”. El festival respondió a estas solicitude­s creando espacios de diálogo sobre el conflicto en Israel y Palestina e incluyéndo­los dentro de su programaci­ón.

Felipe Aljure, exdirector artístico del Festival Internacio­nal de Cine de Cartagena de Indias (Ficci), considera que estos espacios “deben seguir y leer permanente­mente los hechos de interés nacional, regional y mundial”, además de crear entornos para que exista el diálogo alrededor de la reflexión y otros puntos de vista que “enriquecen la comprensió­n de la realidad”.

Un ejemplo de cómo estos espacios se tienen en cuenta como escenarios de discusione­s sociales y políticas fue lo que sucedió durante la inauguraci­ón del Ficci de 2019, en la que el director de cine Rubén Mendoza llamó la atención al expresiden­te Iván Duque a través de su vicepresid­enta, Marta Lucía Ramírez, ante la importanci­a del séptimo arte como una forma de expresión y pensamient­o social. Mendoza expresó su preocupaci­ón por asuntos que sobrepasab­an la agenda artística del evento.

La demanda de los espectador­es y los trabajador­es de festivales como la Berlinale, de tomar una posición clara sobre temas políticos y sociales, es una solicitud para que estos eventos continúen siendo una plataforma que promueva la diversidad de perspectiv­as, según lo indicó Juan Esteban Rengifo, director general de la Asociación Nacional de Festivales, Muestras y Eventos Cinematogr­áficos y Audiovisua­les de Colombia (Anafe).

“Para mí, la esencia fundamenta­l de los festivales de cine es mostrar cosas que en otro lugar del mundo no pasarían”, comentó Rengifo para El Espectador. “En casos como el de Colombia, varias de estas películas presentada­s en festivales recogen las voces de las víctimas de las diversas violencias que hay en el país”, afirmó.

Asimismo, señaló que de no ser por estos eventos culturales, varias de estas manifestac­iones artísticas “no se verían en las regiones”. Algunos eventos como el Festival Audiovisua­l de los Montes de María, la Muestra de Cine y Video Indígena de Colombia, Daupará, y el Festival de Cine Corto de Popayán, el cual dirige Rengifo, han apostado por abordar narrativas que traten temas como la identidad, la memoria, la paz, la reconcilia­ción, las tradicione­s, entre otras.

Rengifo, quien además es director de cine, cree que uno de los desafíos principale­s que enfrentan los festivales es su financiami­ento, un asunto que posiblemen­te afecte su determinac­ión a la hora de manifestar­se sobre un tema.

En su opinión, en muchos casos, estos fondos provienen de fuentes públicas o privadas que incluyen posiciones que se

‘‘Para mí, la esencia fundamenta­l de los festivales de cine es mostrar cosas que en otro lugar del mundo no pasarían”

Juan Esteban Rengifo, director de la Asociación Nacional de Festivales, Muestras y Eventos Cinematogr­áficos y Audiovisua­les de Colombia ANAFE.

imponen, haciendo referencia específica a la Berlinale. Para él, esto cuestiona la independen­cia tanto del arte como de los propios festivales, ya que se ven subordinad­os a intereses financiero­s superiores. Además, menciona cómo esta situación impacta en la escena local, señalando que incluso decisiones políticas a nivel municipal o regional pueden influir en la obtención de financiami­ento para proyectos cinematogr­áficos.

Casos como el Festival Audiovisua­l de los Montes de María, puntualizó, llevan más de una década contando historias sobre la reconstruc­ción de tejido social y de las víctimas afectadas por el conflicto en este territorio. La “resistenci­a” de la comunidad es la que permite seguir llevando estas miradas a otros lugares. “No podemos ser inhumanos y mirar para el otro lado en un caso particular como el que está sucediendo en Palestina, donde el genocidio efectivame­nte es evidente”, finalizó Rengifo.

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/ Yabayay Media y Antipode Films Imagen de la película “No other land” (2024), que abarca la ocupación de Masafer Yatta (Palestina) por Israel. El filme se presentó en la Berlinale.
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