Al estilo mafioso
ESTA SEMANA, EL PROFESOR ALfonso Gómez Méndez trajo a colación, en su columna del diario El Tiempo, una cantidad de ejemplos sobre casos en los que algunos personajes de la vida pública han dicho, palabras más, palabras menos, que si dicen la verdad “se cae el establecimiento”. El más reciente es el de los audios de Armando Benedetti amenazando a la exfuncionaria de Palacio Laura Sarabia. Sostiene el doctor Gómez, y en eso coincido, que lo mejor es que todo se sepa, tanto de anteriores gobiernos como del actual, enlodado y lleno de escándalos.
Habló también de que se está aplicando la ley de omertà. “La ley del silencio u omertà es el código de honor siciliano que prohíbe informar sobre las actividades delictivas consideradas asuntos que incumben a las personas implicadas. Esta práctica es muy difundida en casos de delitos graves o en los casos de mafia donde un testigo o una de las personas incriminadas prefiere permanecer en silencio por miedo de represalias o por proteger a otros culpables. En la cultura de la Mafia, romper el juramento de omertà es punible con la muerte”, según Wikipedia.
¿Les suena conocida? Pues es, nada más ni nada menos, lo que está ocurriendo. Una muestra es que los oficiales de la Policía involucrados en las chuzadas y las pruebas del polígrafo hechas a la niñera de Sarabia han ido a la Fiscalía y han guardado silencio. El mismo Benedetti ha hecho lo propio. Es como si todos supieran expresa o tácitamente, al estilo mafioso, que si hablan se mueren. No tengo la menor duda de que en estos episodios truculentos hubo toda clase de porquerías y conductas criminales que en caso de saberse, como pasará tarde o temprano, podrían incluso hasta tumbar al Gobierno del cambio, que de eso tiene poco o nada. Solo a Petro, en su mente calenturienta y desordenada, se le pudo ocurrir que el “cambio” se haría con la ayuda de la escoria de los otrora respetables partidos. Esta narconovela, al mejor estilo de Gustavo Bolívar, apenas está empezando. Ya veremos que, al haber negado la Corte Suprema la recusación del hijo negado al fiscal general, se vendrán decisiones de fondo, que el país necesita saber. Y no solo eso. Seguramente será la Fiscalía, bien orientada por Francisco Barbosa, la que encuentre la verdad de todo lo que pasó en la campaña del entonces candidato Petro. ¿Acaso no lo vimos en alguna oportunidad contando dinero que le entregó hoy un prófugo de la justicia en bolsas de plástico? ¿Acaso no se le perdió una maleta con plata a la señora Sarabia? ¿No fue la misma esposa del primer hijo de la Nación la que contó que movían millones en efectivo?
Al igual que pasó con lo ocurrido en la campaña de Óscar Iván Zuluaga, que podría irse preso en los próximos días, es menester que se sepa todo de la última campaña. El país no se va a acabar por eso, como no se acabó por escándalos anteriores. Entonces que dejen de amenazar y se sometan. Que caigan todos.