El as gremial que logró la reelección
Sabas Pretelt de la Vega, ministro del Interior y de Justicia de Álvaro Uribe Vélez entre 2003 y 2006
En noviembre de 2003, cuando el primer gobierno de Álvaro Uribe sumaba poco más de un año, a la siempre decisiva cartera del Interior —responsable de las relaciones con el Congreso— aterrizó, en reemplazo de Fernando Londoño, Sabas Pretelt de la Vega. De filiación conservadora y luego de liderar por más de dos décadas la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), el dirigente gremial llegó con la promesa de sacar adelante las reformas económicas que impulsaba el Gobierno, entre ellas la tributaria. Sus pergaminos daban fe de su experiencia: integró las juntas directivas de los bancos Popular y Cafetero, de los Ferrocarriles Nacionales y de la Corporación Autónoma del Valle, y fue presidente de la Fundación para la Educación Superior. Si bien era visto como de talante comercial, su paso por cerca de dos años al frente del Mininterior fue célebre, a tal punto que, bajo su batuta, no solo salió avante la Ley de Justicia y Paz, sino que —de manera “non sancta”— abrió la puerta en el Legislativo para que Uribe pudiera ser reelecto, lo que le valió una condena de la Corte Suprema de Justicia en lo que se conoció como el escándalo de la yidispolítica. En abril de 2018 recuperó la libertad al cumplir tres quintas partes de su condena de seis años y ocho meses de cárcel.