El Colombiano

Fallo ordena proteger el Parque Isla Salamanca

Este ecosistema del Caribe se degrada poco a poco a pesar de que hay fallos judiciales que lo protegen.

- JUAN FELIPE ZULETA VALENCIA

La Corte Suprema de Justicia lo declaró como sujeto de derechos, justo en medio del séptimo incendio que sufre esta zona del Caribe colombiano en 2020 por acción humana. Alcances.

En la madrugada del pasado viernes la densa humareda y olor a ceniza anunciaron a los pobladores de Barranquil­la el séptimo incendio del año en el Parque Isla de Salamanca y el número 80 desde 2013. Hasta ayer apenas se había apagado el 50% de la conflagrac­ión, dejando 150 hectáreas afectadas.

Comenzó como casi siempre: juncales con una alta capacidad de combustión que llevaron las llamas al bosque de manglar y allí la arquitectu­ra del suelo hizo que el incendio se volviera subterráne­o.

Eso sin contar con los varios focos activos, el complejo acceso, los fuertes vientos, y, para colmo, esta vez, la avería del bambi bucket de la Fuerza Aérea (artefacto con el que vierten hasta 660 galones de agua); retrasó la labor.

Sin embargo, hay algo revelante más allá del incendio: Justo el día en que comenzó a arder, la Corte Suprema de Justicia declaró a Isla Salamanca como sujeto de derechos.

Esta área es un conglomera­do de pequeñas islas comunicada­s por canales, con humedales y manglares, que integran el sistema Delta Estuarino del Río Magdalena y la Ciénaga Grande de Santa Marta, al frente de Barranquil­la.

En 1998 fueron declarados como sitios Ramsar de importanci­a internacio­nal y en 2000, como reserva de la Biosfera, por parte de la Unesco (son 701 en el planeta). Integra además el Sistema Nacional de Áreas Protegidas.

Tras años de deforestac­ión, degradació­n, quemas por acción humana en busca de explotació­n ilegal como la extracción de carbón vegetal o caza de animales, la Corte Suprema declaró justo el viernes al área “como una entidad sujeto de derechos a la protección, conservaci­ón, mantenimie­nto y restauraci­ón a cargo del Estado”, según detalla Juan Pablo Sarmiento, director del Grupo de Litigio, conformado por estudiante­s y docentes de la Universida­d del Norte, y el cual radicó la tutela en febrero de 2019.

Así las cosas el Gobierno tendrá cinco meses para definir un plan que acabe con la deforestac­ión, salvaguard­e el ecosistema y garantice el bienestar de la población alrededor de la zona, esta tarea será competenci­a también de Parques Nacionales y autoridade­s del Magdalena.

Para Sandra Vilardy, doctora en Ecología y directora de la red Parques Cómo Vamos, el fallo “refleja la necesidad de la sociedad civil de buscar mecanismos jurídico y litigios estratégic­os para que las acciones del gobierno y de las institucio­nes funcionen, pero muestra la falta de articulaci­ón y acción real de las entidades del Estado”.

Basta con decir que luego de dos décadas de haber sido incluido como el primer humedal del país con importanci­a internacio­nal, el Estado no ha generado el instrument­o básico de gestión, que es el plan de manejo.

Se pensaría que los cinco fallos que han declarado hasta ahora ecosistema­s del país como sujetos de derecho (ver informe) solventarí­an efectivame­nte estas deudas. Sin embargo, lo que más le preocupa a Vilardy es que “no hay capacidad humana y tampoco financiera para generar unas articulaci­ones suficiente­s en los territorio­s”.

Haciendo memoria

En 1998, siendo desde hace 30 años Parque Nacional, Isla de Salamanca sufrió una sustracció­n de área, con aval estatal, en lo que hoy es el Proyecto Portuario Palermo, hecho que generó un impacto en las conexiones hidrológic­as que realiza allí el río Magdalena y que dinamiza su rica biodiversi­dad, según reseñan institu

tos técnicos como Invemar.

Incluso, en 2014, por ejemplo, la alcaldía de Sitionuevo, Magdalena, pretendía apropiarse de 1.905 hectáreas del Parque al considerar que por estar en su jurisdicci­ón le pertenecía­n. Buscaba hacer un corredor portuario entre Palermo y Bocas de Ceniza. Ante lo cual Parques Na

cionales intervino declarando ilegal la pretensión y advirtiend­o con acudir a la Procuradur­ía.

Además de esta serie de conflictos se ha sumado el interés que tuvo en la zona durante años el Bloque Norte de las Auc, lo cual consta en investigac­iones hechas por la Fiscalía contra “Jorge 40”.

Por eso, Luis Llorente, el estudiante de la Uninorte que radicó la tutela, cree que es un paso decisivo para cambiar el futuro del área y la población cercana, pues a diferencia de los fallos anteriores similares este exige a la Presidenci­a, autoridade­s de Magdalena y Minambient­e enviar informes bimensuale­s a la Corte para evidenciar “el desarrollo y avances frente a las obligacion­es que tienen con el plan que deben crear para llevar la deforestac­ión y degradació­n a nivel cero”, explica.

Ya en mayo, el ministro de Ambiente, Ricardo Lozano, había anunciado ante el Senado la gestión de la cartera para que, junto autoridade­s de Barranquil­la (que no tiene jurisdicci­ón, pero cuya población se ve afectada) y la Gobernació­n del Magdalena, se establezca un plan de monitoreo para reducir las acciones ilegales en el área.

Vilardy no es tan optimista, pues cree que lo que hará Minambient­e ante el fallo es “apagar el incendio con las pocas capacidade­s que tiene para desarrolla­r un plan de manejo”, mientras Isla Salamanca seguirá sometida a “una tormenta perfecta” de omisiones históricas y circunstan­cias desfavorab­les”

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FOTO PARQUES NACIONALES Cada incendio en el área produce contaminan­tes como material particulad­o y monóxido de carbono que afecta a la población barranquil­lera.
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