Completar renovación del Centro es la tarea
Inseguridad, invasión del espacio público y movilidad en la comuna 10 son tres retos que tendrá el nuevo alcalde.
El plan era ambicioso: recuperar el corazón de la ciudad, un lugar por el que a diario transita un promedio de 1,3 millones de personas y que estaba -o estáenvuelto en males tan viejos como profundos: la inseguridad, la movilidad precaria y la invasión desenfrenada del espacio público.
Hoy, luego de 1.390 días de la actual administración, algunos sectores relevantes de la comuna 10 (La Candelaria) muestran una cara renovada: el paseo Bolívar, los pasajes Junín o La Bastilla y el Paseo urbano de La Playa son ejemplos vivos de la transformación del centro.
Otros epicentros de la vida en La Candelaria como el parque de Bolívar, la avenida Oriental y la calle 46 (Maturín) continúan en obra y habrá que esperar todavía para evaluar el cambio.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Infraestructura en este cuatrienio se invirtieron $480.000 millones en adecuaciones físicas que buscaban cambiar las dinámicas de la comuna más transitada de la ciudad.
Prioridad al peatón
Pilar Velilla, gerente del centro, destaca entre varias acciones la apuesta decidida por un Centro más verde y por priorizar el espacio del peatón y del ciclista.
“Más allá de la infraestructura física y social, las intervenciones en el centro rompieron con esquemas establecidos por mucho tiempo, en este sentido el Centro comenzó a cambiar el concreto por árboles y jardines, los andenes se ampliaron y las vías se redujeron para privilegiar a los peatones por encima de los vehículos”, anotó.
Ese cambio positivo lo ha sentido Ana Patricia Zea, comerciante del paseo Bolívar, quien atiende junto a su tía un puesto de venta de frutas que se vio beneficiado con el cambio de cara del tramo que comprende la calle San Juan y la estación San Antonio del metro.
“La verdad es que ahora es más agradable, la gente camina tranquila porque antes era muy solo y no había donde sentarse”, cuenta mientras despacha jugos de naranja a negocios cercanos.
Cerca de ella un grupo de turistas extranjeros, con traductor a bordo, admiran esa zona de la ciudad y sacan fotos a las fachadas que les llaman la atención. Luego de recibir varias explicaciones históricas hacen una pausa activa en el Salón Málaga.
Contrastes y problemáticas
Esa tranquilidad que se respira en ese tramo de Bolívar, sin embargo, se contrapone con la sensación que genera caminar por esa misma carrera luego del hotel Nutibara en dirección a Prado. O recorrer las inmediaciones del parque de Berrío o la carrera 54 (Cúcuta) en lo que llaman el nuevo “Bronx” de Medellín.
En enero de 2016, un Federico Gutiérrez recién posesionado visitó el parque de Berrío y puso un plazo de un mes para recuperar este espacio que concentraba gran parte de los flagelos del Centro: “El mensaje es muy claro, el Centro tiene que ser de la ciudadanía y no de la criminalidad. A partir de hoy tenemos 30 días para recuperar
este parque porque acá llegamos y no nos vamos a ir hasta ganar este espacio. La criminalidad es la que se tiene que replegar, no el ciudadano y la actuación será integral, no solo de la Policía. También tenemos otra tarea con la Plazoleta de Botero, el Museo de Antioquia, el parque de Bolívar y los bajos del metro”, prometió en su momento.
Retos latentes
Jorge Puerta, director ejecutivo de Corpocentro, valoró los avances en infraestructura en ciertas zonas, pero opinó que hay cuatro grandes objetivos que tendrá la nueva administración y que son los mismos problemas de las últimas décadas.
El primero es resolver el tema de la informalidad, el segundo es buscar nuevas alternativas para los cerca de 4 mil habitantes de calle que deambulan por la comuna 10, el tercero es terminar de reorganizar el transporte público y el último consolidar la seguridad en puntos neurálgicos.
“Desde la ocupación indebida del espacio público nosotros vemos que antes hubo un retroceso. Hoy vemos más ventas informales en el centro que las que había hace cuatro años, los censos apuntan a que son cerca de 16.000 personas”, contó el vocero de Corpocentro quien calificó como infartado el tráfico en el Centro, en gran parte, por el desorden y el mal parqueo.
En ese reto del uso indebido del espacio público, del que se derivan otros problemas como los de seguridad y movilidad, coincide la gerente del centro Pilar Velilla:
“Hay gente que acude al rebusque como una forma de ganarse el sustento diario, pero que al hacerlo se mezcla con explotadores que no necesitan vender sus mercancías en la calle y que lamentablemente se aprovechan de la vulnerabilidad de los otros. Este es un reto que trae la ciudad hace más de tres décadas sobre el que habrá que continuar con acciones de gobierno apropiadas para dar soluciones equitativas”, opinó.
Por eso la tarea para el alcalde que llegue no será fácil, el Centro siempre será un contrapunteo de poderes y un coctel que mezcla patrimonio, espacio público y que refleja la vida del resto de la ciudad