2D. UNA NUEVA HISTORIA
De desarrollos previos se da por acordado que (i) Colombia necesita repensarse para enfrentar el escenario digital global, (ii) que hacerlo es una oportunidad para dar lugar a la primera generación realmente digital del país y así lograr un curso de acción diferente, y (iii) que el detonante será encontrar el poder magnético nacional.
De su libro The Naked Diplomat, Tom Fletcher explica que ese poder magnético de un país en la era digital, se encuentra en tres ideas: tener una historia nacional contundente para contar, saber cómo contar esa historia y finalmente, saber cómo y cuándo usar las herramientas disponibles. Abordando por partes…
Tener una historia nacional contundente para contar implica levantar el ánimo de historiadores, políticos y sociólogos y antropólogos hoy vigentes, e invitarlos a hacer su aporte hoy. A poner en tela de juicio la historia nacional que hasta ahora se ha contado. Revisar la conquista, la independencia, la industrialización, más aún y llegando a la historia reciente, el Frente Nacional, las guerrillas, el narcotráfico, la violencia, el paramilitarismo, la tan odiada corrupción. ¿ Es esa la historia de Colombia que realmente se debe contar?, ¿ Será la historia que enorgullezca a esa primera generación digital de Colombia para izar banderas en fechas especiales? ¿Será esa la historia que hoy está condenando el país? Una historia nacional contundente será aquella basada en valores auténticos, autóctonos, atractivos y vendibles a otras culturas. Una que diferencie a Colombia como lo hace Finlandia, Suecia, Francia o Chile para venderse a sí mismos. Valores que sean realmente compartidos entre los nacionales. Esta es una tarea especialmente difícil en la diversidad cultural nacional, pero para eso están los expertos. Implica algo de innovación y dejar de lado la historia tradicional del café o el banano. Asumir algunas renuncias. Pero estar dispuesto a “cambiar la historia”. Eso no implica dejar de lado la familiaridad de los valores que las personas buscan en su identidad. El secreto estará en caracterizar correctamente la identidad.
Saber cómo contar esa historia es el segundo paso. Para esto será necesario abandonar ideas tradicionales, textos largos. Pensar en herramientas de comunicación modernas. Digitales. Como la nueva generación que se busca. La que estaría gustosa de vivir esa historia. De diferenciarla de películas o series de Netflix por el valor que aportan, por el sentimiento que despiertan. Por el poder magnético que tienen. Por ese magnetismo que logran al agregar opiniones de diferentes grupos generacionales en el propósito de lo que buscan: contar la mejor historia. En las recomendaciones que ofrece el señor Fletcher, está apoyarse en iconos y ejemplos nacionales; más aún, personas naturales que transmitan los mensajes. Deportistas, científicos, empresarios sobresalientes que puedan resaltar ese poder magnético de la historia que se quiere contar. De alguna manera, se busca humanizar esa historia y no hacerla un cuento más para competir con series de Netflix.
El último punto corresponde a saber cómo y cuándo usar las herramientas del poder magnético nacional. Tema de otra columna. Por ahora, lo importante es reconocer que Colombia puede decidir cambiar su historia. Que hacerlo, es la oportunidad de contar la mejor versión, una que tenga un poder magnético para agregar la opinión de diferentes generaciones, culturas e idiosincrasias. Una que tenga el poder magnético para venderse mejor en el ámbito internacional y lograr motivar las generaciones futuras a crear una nueva generación. Una en capacidad de pensar un sistema económico, político, social, administrativo, educativo y cultural para Colombia apto para el mundo digital
Una historia nacional contundente será aquella basada en valores auténticos, autóctonos, atractivos y vendibles a otras culturas.