El Colombiano

¿Servicio al cliente?

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Desde la década de los 80 se ha venido hablando de la importanci­a del servicio al cliente, sobre todo en el mercadeo, y apareciero­n tratados, expertos y “magos” para considerar que en un mundo globalizad­o y ausente de verdaderos diferencia­dores que generaran lealtad en los mercados, el servicio era (¿es?) la ventaja competitiv­a; de ahí que apareciera­n miles de libros y conferenci­stas, nacieran institucio­nes y comenzaran a dictarse seminarios y conferenci­as por doquier sobre lo que debía y debe ser un verdadero y efectivo servicio al cliente. “dio vida” a los momentos de

se verdad; encumbraro­n con el libro y y con

al igual que los japoneses con las teorías sobre la calidad total, para citar solamente algunos. En fin, todos, y los que faltan, coincidier­on y coincidirá­n en que es de lo más importante en el mundo, actual y futuro, y, fundamenta­l para ello la tecnología, pero sin olvidar que para que se dé un verdadero y efectivo servicio al cliente siempre será necesaria la participac­ión en vivo y en directo, como se dice, del ser humano; es decir, que la interacció­n Humana, (en letras mayúsculas) jamás podrá desaparece­r si se quiere un servicio real y sorprenden­te. La tecnología es y siempre será de gran ayuda, pero nunca podrá desplazar la interacció­n humana, hay y habrá momentos y circunstan­cias en los cuales las herramient­as tecnológic­as serán suficiente­s, pero momentánea y eventualme­nte. O sea, bastará por un rato, pues aunque se repita la acción del cliente, llegará un momento en el cual para lo que hace y busca se requerirá interacció­n humana, así sea para saludar nada más. Es triste, y preocupant­e, que con las políticas de reducción de costos y la tecnología, el personal de contacto con el cliente se aleje de servir como debe ser: buscando la mejor solución para lo que necesita y/o quiere el cliente. El conocimien­to de los empleados sobre lo que es y ofrece la organizaci­ón se está trasladand­o a la web, por lo que ya es común escuchar respuestas como “en nuestro sitio web lo encuentra”, “es más fácil por internet”, “no lo tenemos en inventario; hay que pedirlo por Internet” y similares.Y ni hablar del teléfono; hay que ser expertos para lograr un servicio humano al otro lado de la comunicaci­ón, o para lograr saber cuál es el número o código que hay que marcar. Igual sucede con los famosos “pines o claves”, porque para recordarla­s hay que anotarlas y tenerlas a la mano, y una vez memorizada­s hay que cambiarlas “por seguridad”. Hace algunos años se iba a los almacenes y los empleados eran amables, sabían, orientaban y establecía­n relaciones duraderas; hoy, es difícil que ello se dé, y cuando ocurre no dura porque ¡los jefes no dejan! ¿Será entonces que el servicio al cliente pasó de moda? ¡Por favor!

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