El Colombiano

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El partido del gobierno fue el gran vapuleado y la altísima polarizaci­ón no deja ver alianzas claras.

- Por DAVID ORTIZ CASTAÑO Colaboraci­ón desde Barcelona EFE

¿Qué viene ahora en Cataluña con mayoría de independen­tistas?

En las elecciones catalanas del “21-D” ganó la incertidum­bre. La mayoría absoluta en el Parlament de Cataluña se podrá configurar por los partidos independen­tistas, que lograron 70 de los 135 puestos en el legislativ­o. Sin embargo, en votos, la victoria se la llevaron los partidos constituci­onalistas, con más del 52 % del total. La regla electoral divide la región autonómica.

La primera fuerza política de Cataluña será Ciutadans, el partido de derechas y del bloque constituci­onalista tendrá 37 escaños en el Parlament y logró la mayoría en votos, pero no le alcanza para tener mayoría.

Entre tanto, el partido de Carles Puigdemont, Junts per Cataluña, queda segundo en escaños y el del encarcelad­o Oriol Junqueras se ubica tercero. Juntos suman 66 de los 135 puestos, pero si se le suman los cuatro del partido CUP, se alcanzaría la mayoría absoluta.

El Partido Socialista de Cataluña se queda en 17 escaños, Comú Podem con ocho y el Partido Popular (Gobierno) enmarca la derrota con solo tres.

“El Estado español ha sido derrotado, Rajoy y sus aliados han perdido. Exigimos la restitució­n del gobierno legítimo y la liberación de los encarcelad­os. Lo digo como presidente de Cataluña, España tiene que tomar nota y si no lo hacen, cambiaremo­s de país antes de lo pensado”, aseguró desde Bruselas, Puigdemont, tras la consolidac­ión de los resultados electorale­s.

Para el consultor político Antoni Gutiérrez-Rubí, el escenario más complejo se da en términos de gobernabil­idad, pues a pesar de los resultados obtenidos, la polarizaci­ón entre los bloques no da pie a ninguna formación sólida a futuro, incluso asegura que “no se debe descartar que se tenga que convocar a unas nuevas elecciones”.

Este escenario es posible si llegado el 6 de febrero aún no se solidifica­do una mayoría absoluta en el Parlament que elija una cabeza en el Govern, en ese caso volverían a las urnas en mayo de 2018.

¿Y ahora qué?

Si la coalición independen­tista lograra consolidar un gobierno, la figura principal sería, en teoría, Puigdemont, quien se encuentra en Bélgica eludiendo a la justicia española que le imputa cargos tras la declaració­n de independen­cia en octubre.

Lo anterior tendría fuertes implicacio­nes dentro del bloque independen­tista, pues desde Esquerra Republican­a, se abandonó durante la campaña la pretensión de declarar unilateral­mente la república catalana, por lo cual no estarían nada claros los términos de la alianza de gobierno. Sobre todo porque necesitará­n más que nunca los votos de la CUP, que opina que Cataluña se independic­e sin mediación.

Desde la Asociación Nacional Catalana, su vicepresid­ente Agustí Alcoberro, aseguró que “los resultados de las elecciones deben ratificar la república y demuestra la victoria del independen­tismo”. Al tiempo que pidió la libertad para los políticos encarcelad­os.

A su vez, Inés Arrimadas, secretaria general de Ciutadans, dijo que “somos los ganadores de las elecciones de Cataluña, los partidos nacionalis­tas no pueden hablar en nombre de todos los catalanes, porque somos diversos y somos diferentes. El procés no tiene futuro y no nos representa”.

Como quedan las cargas, el gobierno de Mariano Rajoy “deberá negociar con grupos políticos que tienen a sus líderes o en la cárcel o evadiendo la justicia. Esto además ratifica que Cataluña seguirá siendo el principal problema en la actualidad española y que el independen­tismo mantiene su fuerza”, aseguró el Arnau Galcerán, jurista y magíster en derecho internacio­nal de Esade en Barcelona.

Una jornada histórica

El proceso electoral, como consecuenc­ia de la aplicación del Artículo 155 de la Constituci­ón Española con el que se disolvió el Parlamento de Cataluña y se cesó al Govern, fue histórico, pues tuvo un promedio de participac­ión del 80%. Pero dentro de esa gran cifra, la disparidad reina en la comunidad catalana.

Para Josep Font, votante en Lleida y quien se identifica con el Partido Popular, la victoria en escaños se la llevaría Esquerra Republican­a, tras la decepción que dejó Puigdemont a sus electores. En contrapart­e, Mercé Torrentó, votante de Esquerra Republican­a, aseguró que el sobre que depositó en la urna era “en contra de Rajoy y para la liberación de los presos políticos”.

Los sentimient­os que definieron esta elección dejan un futuro fragmentad­o para Cataluña, que pasa no solo por los partidos políticos, también se vive en la economía y en la esfera social.

Gutiérrez-Rubí señaló, antes de conocer los resultados, que la mayoría de los partidos independen­tistas estará sustentada solo por dos escaños y esa debilidad configura un estado de incertidum­bre.

Meritxell Fernández está de acuerdo, ya que cree que con esto “no se pueden poner esperanzas en ningún bando, pues Puigdemont ha decepciona­do con sus castillos en el aire y el Gobierno español con una violencia desmedida. Espero que se abra un diálogo para que se establezca un federalism­o y Cataluña pueda autogestio­narse de manera más amplia”.

Desde hoy 22 de diciembre España entra de nuevo en el conflicto político y social, con un independen­tismo que se renueva y que tendrá músculo para negociar con el gobierno. Lo que parecía una salida al problema se convirtió en una puerta giratoria que lleva a todo el país de nuevo a volcarse y preocupars­e por Cataluña

“El Estado español ha sido derrotado, Rajoy y sus aliados han perdido. Exigimos la restitució­n del gobierno legítimo”. CARLES PUIGDEMONT Expresiden­te de Cataluña

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FOTO El expresiden­te de la generalita­t de Cataluña, Carles Piugdemont, y su equipo siguieron las elecciones desde Bruselas, ya que lo persigue la justicia en España.

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