El reto de Medellín para ser una de las ciudades inteligentes del mundo
La capital paisa inició un trabajo, con apoyo de las universidades de Antioquia y Nacional, para consolidar su transformación. El español Sergio Sánz lidera el proceso.
En 10 años Medellín apunta a entrar en el grupo de lo que expertos catalogan como ciudades inteligentes. Y no será fácil, pero hay insumo y la iniciativa pública materializada en el trabajo conjunto entre gobierno y universidades.
El ingeniero español Sergio Sanz ha liderado procesos de ciudades inteligentes en Europa y está en Medellín para comenzar un proceso similar, con el consorcio MasBio Cartif, del que además hacen parte las universidades Nacional y de Antioquia. Habló en exclusiva para EL COLOMBIANO de los retos y avances que tiene Medellín.
¿Una ciudad inteligente es futurista?
“Una ciudad inteligente hace dos cosas: marcarse objetivos y conseguirlos. Puede ser con tecnología o sin ella. Puede ser con soluciones de ámbito regulatorio, con política pura y dura. Es la que se marca sus objetivos y los consigue, o por lo menos, hace lo necesario para ayudar a lograrlos. Una ciudad inteligente no es una llena de tecnología. Le da igual si la tiene o no”.
¿Cuáles ejemplos representan ese concepto?
“Trabajamos en territorios europeos. Actualmente Valladolid ( España) me parece un caso de éxito, porque se establecieron proyectos que logran que la ciudad perciba cómo será su cambio. A partir de ahí pretendemos generar política pública y planificación urbana estratégica. Exploramos soluciones de renovación de edificios, mejora de la infraestructura verde, gestión de residuos. También soluciones en tecnología y comunicaciones.
Otros ejemplos de ciudades inteligentes están Estambul (Turquía), Hamburgo (Alemania). Nottingham (Inglaterra). Algunas orientaron su transformación al transporte, otros a la energía, pero todos bajo la filosofía de la gente.
El mejor ejemplo de una ciudad avanzada está en el norte de Europa, la ciudad de Helsinki (Finlandia)”.
¿Cuál es el secreto de Helsinki?
“Es un ejemplo de ciudad en identificar sus objetivos, transformarlas en acciones, proyectos piloto, tecnología, validarlos , identificar las bondades y lo negativo.
Tiene un compromiso desde la administración púbica. Han generado departamentos para liderar este proceso de transformación y, además, han involucrado agentes locales y regionales en el proceso”.
¿Tiene insumo Medellín para lograr algo así?
“Lo de Medellín es positivo. Cuando digo esto es que pesa más lo bueno que lo negativo. Pero no puedo dejar de ver que aquí hay muchas cosas que deben ser cambiadas. Hay aspectos en los social y la
seguridad que son carencias importantes en una ciudad que pretende ser innovadora. Existe un ambiente que tiende hacia la transformación sin olvidarse de lo social”.
¿Cómo lograrlo?
“La clave es que hay que hacer un único diagnóstico, un único establecimiento de prioridades y una única definición de objetivos. Hacerlo a un tiempo suficientemente cercano y lejano para que un vaivén político no lo destruya”.
¿Cuánto tomará lograrlo?
“Una ciudad como Medellín, con una orientación fija, un diagnóstico único y un plan de acción bien determinado, entre 5 y 10 años debería tener un cambio sustancial. Esto no quiere decir que se asome a la calle y vea todo transformado, pero sí lo que pretendemos hacer es tener efecto en la sociedad, es tiempo suficiente”.
Este territorio ha crecido desorganizadamente. ¿Eso no complejiza el proceso de transformación?
“Es complicado y da para mucho tiempo. Este es uno de los elementos que conforman el proceso de transformación, pero es uno de los que cuesta más cambiarlo. La expansión urbanística es difícil de modificar. No se puede pensar que la gente deje de vivir en la ciudad, por el contrario, entre más sea atractiva más gente llegará. Lo único que queda es ir preparándose para eso”