El Colombiano

R. Unido no cerraría sus puertas a la libre circulació­n luego del Brexit

- Por MARIANA ESCOBAR ROLDÁN

Según Theresa May, los ciudadanos de la UE tendrán dos años de gracia en su país.

Qué pasará con la libre circulació­n de británicos y ciudadanos de la Unión Europea una vez el Reino Unido y el bloque comunitari­o rompan lazos definitiva­mente en marzo de 2019? La pregunta fue la que mayor inquietud despertó entre estudiante­s, trabajador­es y turistas desde que el Brexit ganó en las urnas el 23 de junio del año pasado.

Por eso ayer, cuando la primer ministra británica, Theresa May, dio una respuesta, algo de claridad quedó entre los viajeros. Según manifestó, su Gobierno está dispuesto a ofrecer a los ciudadanos comunitari­os libre circulació­n en el Reino Unido durante dos años después de la salida del país de la UE.

Lo anterior cobra importanci­a teniendo en cuenta que el Reino Unido ha conservado como una de sus restriccio­nes más fuertes la libertad de circulació­n. “Los estados cuidan ese derecho de una manera muy celosa, es un tema muy sensible, pues se considera la puerta de entrada a la migración y ello puede traer como consecuenc­ia la ubicación laboral de dichas personas y, según las disposicio­nes normativas de cada país, el acceso a otros derechos”, expresa María Teresa Palacios, directora del grupo de investigac­ión en Derechos Humanos de la Universida­d del Rosario y experta en migracione­s.

En esa medida, la nueva postura de Reino Unido, que prometía un Brexit duro sin este tipo de concesione­s, podría ser interpreta­da, añade Palacios, como un mecanismo de presión para la negociació­n, en la que los demás países de la UE exigen reciprocid­ad e igualdad de trato para los ciudadanos europeos que van a Reino Unido y, menos aún, derecho a conseguir trabajo y residir de manera regu-

lar en el territorio, pese a que, antes del Brexit, los británicos sí han tenido la posibilida­d de circular y trabajar de manera libre en cualquier país a su elección de esa comunidad.

Largo trecho para decisión

Aunque para la experta sería favorable que de renegociar­se las condicione­s derivadas del Brexit se pudieran obtener ventajas igualitari­as tanto para los británicos como para los ciudadanos europeos, es claro que cualquier posición que el Reino Unido adopte estará sujeta a negociació­n con la UE, que justo el jueves pasado demandó más progresos y claridad a los ministros que dialogan por cada una de las partes.

De hecho, según adelantó ayer el diario inglés The Ti-

mes, la UE está decidida a restringir el libre movimiento de más de un millón de británicos que viven en el continente, pues tendrían derecho a seguir residiendo en el país donde están actualment­e, pero perderían el derecho automático de vivir y trabajar en otro Estado miembro de ese bloque comunitari­o.

Según analizó en su blog Colin Yeo, fundador del Movimiento para el Derecho a la Libre Circulació­n Migratoria (con sede en Reino Unido), en medio de este debate el problema es que el estatus de inmigració­n nacional bajo la ley británica no incluye todos los derechos que los ciudadanos de la UE actualment­e poseen, ni un tipo de protección legal para ellos en el futuro.

“La concesión de un estatuto nacional de inmigració­n al Reino Unido a los ciudadanos de la UE no trata los derechos adquiridos sobre las pensiones, no garantiza la igualdad de trato, prácticame­nte no protege contra la deportació­n cuando se cometen crímenes menores y sometería a los miembros de la UE a las duras reglas de inmigració­n de la familia del Reino Unido”, denuncia Yeo y concluye con un ejemplo:

“Imagine que Clara, una española que trabaja desde hace 10 años en Reino Unido, desea retirarse en 2020 a los 65 años. ¿Puede reclamar una pensión de vejez aquí en el Reino al combinar sus años de trabajo en España? Imagine a Herve, un residente nacional francés por más de 20 años en Londres, comete un crimen y recibe una condena de 12 meses de prisión. Según las reglas británicas, Herve debe ser deportado, pero bajo las normas de la UE se le permitirá permanecer. Imaginemos que un populista como Trump o Le Pen es elegido en el Reino Unido en 2023 o 2028. Ese nuevo gobierno quiere eliminar los derechos de los ciudadanos extranjero­s. ¿Qué protección legal tendrían los ciudadanos de la UE en ese momento?”

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