Pruebas a fetos y bebés garantizan su bienestar
Los exámenes fetales y al bebé son medidas preventivas o facilitadoras de posibles tratamientos o intervenciones.
Las ecografías que se le realizan a las gestantes son un punto de partida para solicitar exámenes posteriores al feto.
Si estas muestran riesgo de síndrome de Down, por ejemplo, se ordena una amniocentesis para evaluar el contenido genético del feto, en esta se extrae una pequeña cantidad de líquido amniótico mediante una punción con una aguja que se introduce en el útero.
Además cuando existe antecedente familiar de algún problema genético, se puede evaluar el riesgo del feto con una amniocentesis o con una biopsia de la placenta.
La amniocentesis también sirve para detectar infecciones, ruptura de membranas ovulares y para establecer si hay exceso de líquido amniótico, en cuyo caso, es preciso drenarlo.
Arturo Cardona, fetólogo de la Clínica del Prado, afirmó que de la semana 9 a 11, se capturan células del feto de una muestra de sangre de la madre para diagnosticar algunas enfermedades genéticas y metabólicas.
En el último trimestre, en
caso de sospecha de retraso de crecimiento fetal o de incompatibilidad de grupo sanguíneo de la madre y el bebé, se ordena la ecografía Doppler para evaluar el flujo de la corriente sanguínea de la placenta, del útero y del feto y si hay una alteración en este, anticipar el parto.
Si una gestante consulta por disminución de movimientos fetales, después de la semana 28, se le debe hacer una ecografía denominada perfil biofísico fetal para determinar su bienestar y su comportamiento en el útero, valorando sus movimientos y la cantidad de líquido amnió-
tico, y un monitoreo de la frecuencia cardíaca del feto que permita evaluar cómo responde su corazón ante los movimientos fetales.
Jorge Jaramillo, ginecólogo del Hospital General de Medellín y valorador de daño corporal, y Hernán Cortés, ginecólogo del Hospital Universitario San Vicente Fundación, afirmar que el diagnóstico prenatal permite que se hagan a tiempo intervenciones en la cavidad uterina, disminuyendo los riesgos y la mortalidad, o permite programar el parto y realizar o bien un tratamiento o una intervención oportuna” para la mamá y el bebé