Suspendida
Cuando uno siente que la vida queda suspendida de un hilo surgen muchas preguntas; ¿sí o no?
Pues bien, un puñado de feligreses que se confiesan y comulgan el primer viernes de cada mes sintió que la vida estaba en riesgo. De golpe tuvieron la sensación de que una onda los empujaba hacia arriba, fue algo leve pero se sintieron un poco desprendidos del suelo, miraron alrededor, esperaban ver humo o alguna señal trágica pero no había nada. Estaban desconcertados, tenían la certeza de que algo había pasado... El sacerdote les dio la bendición y les dijo que fueran a sus casas pronto. A un grupo que salió rápido le explicaron lo sucedido cuando se acercaban a la Estación del MÍO en La Ermita. Estaban perplejos.
En los noticieros se informaba que habían explotado unos artefactos en una sede la Fiscalía, sin muertos, se decía que el suceso había ocurrido por la manipulación indebida de explosivos.
Luego del suceso las preguntas abundan: ¿Se cumplen los protocolos para la manipulación del material explosivo?, ¿por qué los Bomberos afirman que desconocían la existencia del material?, ¿cuáles fueron los expedientes que se quemaron? Pero probablemente la inquietud ciudadana más importante es sobre la rama de la justicia, no podremos sentirnos tranquilos en una ciudad en donde la justicia no cuenta mínimamente con espacios adecuados, a la fecha del búnker de la Fiscalía no queda nada y mientras tanto hay explosiones por indebido manejo de artefactos, fallas mecánicas en ascensores… mejor dicho las condiciones de trabajo de la justicia, suspendidas; ¿sí o no?