Un trabajo con bytes y bacterias
Entre la gran oferta de startups ligadas más al mundo informático siempre destacan algunas enfocadas más a la innovación en biotecnología, pero sin dejar de lado los bytes. Este es el caso de Phage Lab, empresa nacida el 2010 que, según los consultados, es una de las joyitas chilenas que hay que mirar.
Fundada por Pablo Cifuentes, Nicolás Ferreira y Hans Pieringer, este último (al centro, en la fotografía) lo explica así: “Nuestro equipo puede identificar y eliminar bacterias que son relevantes en el sistema industrial. Para ello, realizamos estudios de microbiología, genómica y bioinformática, entre otras disciplinas, para identificar las bacterias objetivo y luego diseñamos productos para eliminarlas de manera efectiva”. Por ejemplo, en la industria avícola, la presencia o ausencia de bacterias específicas puede permitir o restringir el acceso a mercados de mayor valor. Actualmente, trabajan junto a grandes productores de proteína tanto en Chile, Brasil y Europa. Su principal cliente en Chile es Agrosuper.
Los socios están estudiando apostar más por Colombia, México y comenzar su entrada a Europa. “Estamos trabajando con una compañía farmacéutica que desarrolla productos a medida del cliente y esto es algo que no existía. Además, las alternativas de uso de antibióticos efectivos era algo muy escaso”, comenta
Pieringer, para argumentar por qué han destacado frente a muchas otras empresas. Hace un poco más de un mes recibieron una ronda de inversión de US$ 30 millones, liderada por Humboldt Fund y Kaszek Ventures que, aparte de una mayor expansión, tiene como norte convertirlos en un unicornio. Hans Pieringer pronostica, sin problemas: “Estamos proyectando que de aquí a cinco años llegaremos a los US$ 100 millones de facturación anual”.