Brecha salarial entre hombres y mujeres en empleos por cuenta propia alcanza el 41,2%
Trabajadores independientes registran la más alta diferencia de remuneraciones. En los asalariados llega a 19,3%.
Brecha salarial entre hombres y mujeres en trabajos por cuenta propia llega a 41,2%
—Entre los temas del cual más se ha hablado en el último tiempo, pero cuyo avance es muy mínimo podría estar la brecha de ingresos entre hombres y mujeres que se mantiene en un promedio férreo de 30%. Pero dónde se observa más esta distancia es en las categorías de Cuenta Propia y Empleadores, según las últimas estadísticas de género publicadas por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
En 2016 -últimas cifras disponibles-, la brecha de salarios marcó un promedio de 31,7%, pero en estas dos categorías el porcentaje fue muchísimo mayor. En Cuenta Propia la diferencia fue de 41,2% con un ingreso medio para los hombres de $352.617 versus $207.234 para las mujeres; en promedio el salario en este ámbito llegó a $286.502.
La otra categoría con alta distancia es la de Empleadores que se diferencia de los Cuenta Propia porque, como específica el INE se refiere a las personas que dirigen su propia empresa o que ejerce independientemente una profesión u oficio con personas a su cargo a los que remunera. En este rubro los hombres en 2016 obtuvieron como salario medio $1.386.700 frente a los $836.668 de las mujeres, resultando una brecha de 39,7%.
“Creo que una de las razones principales que aportaron en este incremento de la brecha fue evidentemente la situación de desempleo porque posibilitó el aumento de los trabajadores por cuenta propia que es un empleo más precario”, explica el director ejecutivo y socio fundador de Sintropía, empresa de reclutamiento laboral, Cristián Ogaz.
Son las otras categorías las que ayudan a balancear hacia abajo el promedio general. Por ejemplo en el terreno de los asalariados la brecha es de 19,3% con salarios de $621.880 para ellos y de $502.083 para ellas. En este plano también hay diferencias si se observa por origen de la empresa que contrata: en el sector privado la brecha es de 22,2%, con salarios de $586.481 para los hombres versus $456.386 para las mujeres. Si bien en el sector público los sueldos son más altos para ambos géneros, la brecha también sube a 26,8% con ingresos por $895.526 en el caso de ellos, y de $655.873 para ellas.
“Uno esperaría que las mayores políticas de reducción de brechas provengan de organismos públicos, que prediquen con el ejemplo, pero al final se ve que las brechas están aumentando” indica Ogaz.
Entre 2010 y 2016 la mayor diferencia salarial entre los trabajadores por Cuenta Propia se observó en 2013, con
CRISTIÁN OGAZ Socio y Director ejecutivo de Sintropía Directo ra de Robert Half
un 45% y la menor en 2010 con 39,7%. Mientras que en la Categoría de Empleadores el peak fue el 39,7% de 2016, y el porcentaje menor se registró en 2014 con 22,7%. En Asalariados, las diferencias salariales no han evolucionado en porcentajes altos ya que el dato menor de 2014 de 17,9% sube a sólo 20,4% en 2011.
“2017 fue el año que más se habló de brecha salarial no sólo en la prensa, sino que también internamente en las empresas donde en muchas se decretaron políticas de equidad interna, pero no son cambios que se puedan hacer de la noche a la mañana”, recalca la directora de la empresa de reclutamiento Robert Half, Karina Pérez.
Si se miran las cifras por actividad, en 2016 las principales brechas estuvieron en Industria Manufacturera y Comercio, ambas con 46,5%. “Reducir la brecha es difícil en todos los sectores pero para unos lo es más, porque en áreas como industria y minería también hay menos mujeres disponibles por la propia preferencia de estudio hacia otra área. Por ejemplo, sería más fácil encontrar una CEO de una mina que una gerenta de operaciones porque los horarios de trabajo de turno dentro de la mina, son más complejos”, acota Pérez.
“Hace 10 años que el tema se está analizando, y si bien se ha ido acortando esta diferencia, hay que reconocer que sigue en pie: basta con mirar que los principales ejecutivos y directores son hombres”.
“Las empresas se están preocupando. Es impresentable no tener un plan interno para mejorar la presencia femenina”.
KARINA PÉREZ