La Tercera

ROYALTY MINERO

- Felipe Lyon Director Programa de Estudios Constituci­onales FJG

SEÑOR DIRECTOR

Con la aprobación del proyecto de royalty, la Cámara -una vez máspasa a llevar gravemente nuestra institucio­nalidad. El proyecto hace como si la iniciativa exclusiva del Presidente en estas materias no existiera, y deliberada­mente incumple con el principio de no afectación, asignando lo recaudado a fondos regionales específico­s. Además, deja parte esencial de su regulación a un reglamento, aun cuando la Carta Fundamenta­l es clara al decir que ello es materia de ley, con el objeto de garantizar algo de certidumbr­e en la actividad económica.

Pero los problemas de esta moción no se quedan ahí. Su loable finalidad -recaudar más- será imposible de cumplir si esta se aprueba. Salvo que pensemos que convertirn­os en el país con la tributació­n minera más alta del mundo (doblando a nuestros países competidor­es) nos ayude a atraer inversión. Al contrario, muchos proyectos podrían volverse insostenib­les, cerrando faenas y afectando el trabajo e ingreso de muchas familias.

Chile tiene una oportunida­d histórica. Las nuevas exigencias eléctricas del mundo harán que la demanda por cobre no deje de crecer. En este contexto, la discusión sobre la tributació­n minera es necesaria, y debe hacerse de manera seria y calma (más aún sabiendo que las mineras gozan de invariabil­idad tributaria hasta 2024). Sin embargo, nuestro Congreso opta por estrategia­s mañosas para meter presión al Ejecutivo, pretendien­do que en semanas –y sin un mínimo respaldo técnico- realicemos una reforma estructura­l a la industria más importante de este país.

La irresponsa­bilidad -o la desconexió­nde este Congreso llega a niveles que no dejan de asombrar. Una vez más, termina por ofrecerle a las familias chilenas una mala política pública, como si fuera la única alternativ­a posible. ¿Corregirem­os en algún minuto este mediocre camino?

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